«Las demandas estrella ahora son las permutas financieras, que son pura especulación»
Marisa Gracia es la delegada de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc) y, ante el informe europeo, asegura que el mismo «constata una realidad que percibimos todos los días». Para ella, es muy importante que «haga hincapié en la falta de transparencia».
¿Qué conclusiones obtiene del estudio que ha presentado la Comisión Europea sobre los servicios financieros minoristas ?
Es recurrente. Lo que ha hecho este informe, que lo han elaborado empresas exteriores a la Comisión Europea, es constatar una realidad que en nuestro trabajo cotidiano observamos todos los días. No hace ni diez días que, como letrada, he ganado una sentencia importante sobre comisiones abusivas sobre unos descubiertos. No conozco como funcionan los bancos europeos, pero las conclusiones se pueden exportar a otros contratos bancarios donde la oscuridad y la complejidad contractual te llevan a firmar algo que desconoces sus consecuencias. El estudio, por otro lado, interviene en el tema de la transparencia que me parece fundamental cuando hablamos de estos temas.
¿La complejidad y la opacidad son las mejores armas para «llevar al huerto» al consumidor?
Hay que darse cuenta que la relación con los bancos es obligatoria y que te cobran comisiones por todo. Lo que ocurre que en la mayoría de los casos son cantidades pequeñas y son negociables. Pero es cierto que lejos de aclarar y ser transparentes, ahondan en complejidades que, a veces, te metes en unas embarcadas que en tiempos de crisis, como la actual, afloran más y te hacen sufrir, sin duda.
¿Con la crisis aumentan las reclamaciones?
Por supuesto. Tengo que decir que las comisiones en la mayoría de los casos son cantidades pequeñas, pero ahora la pregunta estrella que nos están haciendo y que está trayendo por la calle de la amargura a mucha gente son las permutas financieras -conocidos técnicamente por «swaps».
¿Qué ocurre exactamente con las mismas?
Se empezaron a comercializar cuando el Euribor estaba en la cresta de la ola entre 2007 y 2008. Cuando comprabas un piso, te colaban una hipoteca y, junto a la misma, una serie de contratos sobre seguros, epsv, tarjetas, etc. con el objetivo de vincularte a la entidad de turno con la que te vas a colocar la soga al cuello durante treinta o cuarenta años. El producto consistía, básicamente, en un seguro que se firma para que, si el euribor subía de una determinada cantidad, te lo cubra. El truco consiste en que también tenía una frontera por debajo, que corre a cargo del consumidor y se paga un porcentaje sobre la cantidad del préstamo. Es un producto de altísimo riesgo y de especulación pura y dura. Lo que ha ocurrido es que cuando el euribor ha llegado al mínimo, los plazos de la hipoteca según te los revisan es cierto que pagas menos, pero trimestralmente la carga de ese seguro es por una cantidad abusiva. Ni avisaron de esos riesgos a la gente ni informaron que la cancelación del mismo es carísima. En algunos casos, que estamos estudiando, les piden entre 30.000 y 40.000 euros por cancelarlo.
¿Un negocio redondo para las entidades financieras?
Exacto. Sólo de Bankinter hemos detectado 3.000 casos de afectados que están atrapados. Nos viene la gente llorando, porque al coste de la hipoteca se suman esas cantidades tan elevadas de esos seguros. Es un atraco.
J. B.