Campeonato del Mundo de Mendrisio
Las piernas del lapurtarra Romain Sicard son de oro de 24 quilates
El corredor de Orbea cerró su periplo sub 23 con un septiembre de enmarcar: primero conquistando la general del Tour del Porvenir y ayer dando una lección de fuerza en las dos últimas vueltas. Castroviejo terminó decimotercero, a 1.40, e Izagirre, a nueve minutos.
GARA | MENDRISIO
Oro de 24 quilates, cien por cien de pureza en esas piernas. El lapurtarra Romain Sicard está llamado a ser una deslumbrante estrella en el ciclismo profesional. En primavera, estrenaba su palmarés con el triunfo en el Naranco y cierra su temporada en Orbea con un septiembre inmejorable. Primero, se adjudicaba la general del Tour del Porvenir y ayer, despedía su condi- ción de sub 23 conquistando una medalla de oro más que merecida. Los directores de Euskaltel-Euskadi, presentes ayer en Mendrisio, lo esperan como agua de mayo.
Y es que el de Hazparren dio toda una lección de inteligencia y fuerza en las dos últimas vueltas en el exigente circuito helvético. Primero, en un remate digno de aplauso de la estrategia de la selección del Estado francés, movió el árbol para arrastrar consigo al holandés Michel Kreder y sumir en la incertidumbre a un pelotón en el que también viajaba, aunque justito de fuerzas, el vizcaino Jonathan Castroviejo. Después, ya en la última vuelta, adivinó la debilidad en su pareja y, a la primera que vio ocasión, apretó el paso para escaparse de su rival y afrontar los últimos kilómetros en solitario.
Con un pelotón tocando a rebato, en el que la ausencia de una escuadra que ejerciese de patrón, el ruso Egor Silin atacaba, arrastrando al colombiano Carlos Alberto Betancur. Ese desesperado intento por neutralizar la fuga conseguía el objetivo de absorber a Kruder, al que la decimotercera y última vuelta de la prueba se le hizo eterna.
Por delante, Sicard sufría en el último repecho, trataba de reservar las escasas fuerzas que le restaran en un descenso en el que lo dio todo. Los dos últimos kilómetros fueron un deleite para el de Hazparren, que sacó 27 segundos a sus más inmediatos perseguidores. En el sprint por la plata, el sudamericano Betancur se llevaba el triunfo ante el ruso Silin, que tuvo que conformarse con la tercera plaza. Jonathan Castroviejo llegaba a 1.40 de Sicard, en decimotercera plaza, mientras que Gorka Izagirre llegaba a la meta a nueve minutos.
Provocar la suerte
Lógicamente, el flamante vencedor no cabía en sí de gozo en la llegada de Mendrisio. Con una sonrisa de oreja a oreja, el lapurtarra demostró ser agradecido.
«Ha sido una carrera increíble y muy dura, con las subidas que se encadenaban. He sufrido mucho a tres vueltas del final y por eso debo agradecer la labor del equipo. Esperaba que las diferencias se hiciesen en la subida, pero las he hecho en la bajada. A partir de ahí, he dado lo máximo que tenía para ganar», dijo.
Asimismo, cabe destacar el alegato por la valentía que realizó, al opinar que la suerte es imprescindible para ganar, pero que hay que «provocar» esa buena fortuna.
«Hace falta tener suerte para ganar carreras. pero para tener esa suerte, hay que provocar la suerte. La única manera que tengo de ganar es arrancar, porque al sprint es imposible».
Por otro lado, Sicard también tuvo palabras de agradecimiento hacia la Fundación Euskadi «y a Orbea. Si he llegado hasta aquí, es gracias a ellos».
Jonathan Castroviejo era la cruz de la moneda. «A falta de tres vueltas me veía bastante entero, pero he empezado a notar que se me subían los gemelos y he pensado en que tenía que aguantar, guardar todas las fuerzas de cara a la meta, por si había alguna posibilidad, que al final no ha habido», explicaba.
Tatiana Guderzo italiarrak irabazi zuen emakumeen elite mailako lasterketa, ihes egitea lortu eta helmugan bakarrik sartu ostean. Zilarrezko domina Herbeheretako Marianne Vossek jantzi zuen eta, brontzea, berriz, Noemi Cantele italiarrak.
Euskal txirrindulariek, aldiz, ez zuten egun onegia izan eta ez Eneritz Iturriagaetxebarriak ezta Anne Santestebanek ere ez zuten proba amaitzerik lortu.
Santestebanen aurreneko munduko txapelketa izanik, taldekideentzat lan egitea zen bere egitekoa; Iturriagak, berriz, gorabehera larregi izan zituen lasterketan zehar, bi itzuliren faltan epaimahai teknikoak bere taldeari gelditzeko agindu zion arte.
«Lehenengo itzuli bietan aurrekoekin nindoan, baina hirugarrenean atzean geratu naiz estatubatuarrek erritmoa gogortu dutenean», onartu zuen, penaturik, txirrindulari bizkaitarrak. «Hauek harrapatzea lortu dut, baina laugarren bueltan ostera ere atzean geratu naiz. Gainera, erori egin naiz Acqua Frescako jaitsieran», azaldu zuen.
Lasterketari dagokionez, Italiako selekzioak egundoko lana burutu zuen. Guderzok aurrera egitea lortu eta gero, Noemi Cantel herrikideak kontrol lan aparta burutu zuen. Hala ere, lana gogotik egin behar izan zuen Guderzok, Marianne Vosse eta erlojuaren aurka urrezko domina irabazi zuen Kristin Armstrong estatubatuarra oso ongi moldatu ziren-eta.
Italiarrak indartsuena zela erakutsi zuen eta 19 segundo atera zizkion laukoteari; laukotean, Armstrong geratu zen dominarik gabe.
GARA