Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza retornaron ayer al campo base (CB) tras pasar una noche infernal en la pequeña repisa tallada en el C-II (7.200 metros). La ventana de buen tiempo que se preveía hasta hoy se cerró bruscamente dos días antes. Después de la nevada caída durante el día -unos 15 centímetros en la ruta- al atardecer escampó, pero de noche empezó a nevar otra vez y con rabia.

La nieve acumulada arriba empezaba a purgar y a la 1.30 de la madrugada caía la primera avalancha seria, y quince minutos después una segunda que sepultaba la tienda donde se encontraban los tres expedicionarios. Tras los primeros momentos de tensión, conseguían salir de su efímero refugio a la intemperie, asustados, en mitad de la noche.

De día habían visto una piedra lo bastante grande como para guarecerse y allí se fueron directos. Cavar una repisita y a partir de las 2.00 allí estuvieron mirando al abismo de la cara norte hasta que amaneció.

Con las primeras horas de luz iniciaban las maniobras de rappel con mucho tiento y 8 horas después, a las 13.00, llegaban a la base de la pared, extenuados. Aún quedaban otras tres horas y media hasta el campo base, con las fuerzas de reserva. Ahora toca descansar y recuperar fuerzas. El resto, el tiempo lo dirá.