Öcalan renuncia a liderar el proceso negociador desde la cárcel de Imrali
Tras la última reunión con sus abogados, el líder kurdo Abdullah Öcalan pide tanto al Estado turco como al DTP y al PKK que «descarguen sus hombros de responsabilidad» dadas las condiciones en las que se encuentra encarcelado en la isla-prisión de Imrali. Constata que el pueblo kurdo atraviesa un momento en el que «todo puede pasar» y que su postura ya está detallada en la Hoja de Ruta que el Estado turco sigue manteniendo en secreto.
Karlos ZURUTUZA
Durante la última reunión con sus abogados en la prisión de Imrali, Abdullah Öcalan ha asegurado que su postura de cara a una negociación con Ankara está detallada en la Hoja de Ruta que ya presentara en su día, y que el Estado turco sigue manteniendo en secreto.
Asimismo, el fundador del PKK ha pedido a Ankara, al DTP y al propio PKK que le liberen de una responsabilidad que considera desproporcionada, dadas las condiciones en las que se encuentra en estos momentos. «Para poder ayudar en este proceso mi camino debe estar despejado. En estas condiciones me resulta físicamente imposible», ha manifestado Öcalan. Así pues, parece que el líder kurdo delega en las organizaciones políticas y militares de su pueblo las decisiones que se tomen de cara al futuro. «La guerra o la paz es algo que depende del DTP o del PKK, no de mí», afirma.
Durante el citado encuentro, el líder encarcelado ha recordado al jefe del Estado Mayor turco, llker Basbug, y a los líderes de los partidos CHP y el MHP, que «el desarrollo del pueblo kurdo es una continuación necesaria de los principios revolucionarios de Atatürk», poniendo así en entredicho la interpretación que éstos hacen de las tesis del fundador de la República turca.
«Ya se verá quién quiere la paz»
También ha recordado que la represión de Ankara sobre los kurdos tuvo su punto de inflexión con el nombramiento de Tansu Ciller como primer ministro de Turquía en 1992. Según el líder kurdo, Ciller era un «agente de la CIA que buscaba convertir a kurdos y turcos en enemigos», algo que, según Öcalan, ya denunciaron muchos de los periódicos de la época.
Respecto a la validez de una mesa de negociaciones para solucionar el conflicto, Öcalan se muestra convencido de que el diálogo revelará «las intenciones reales de sus interlocutores. Sólo así se verá quién quiere la guerra y quién la paz, quién justicia y quién asesinatos extrajudiciales, quién la luz y quién la oscuridad», ha explicado Öcalan, añadiendo que, de conseguirse la paz, Turquía se convertirá en un modelo para todo Oriente Medio.
En cualquier caso, reconoce que se trata de un momento cargado de incertidumbre en el que «cualquier cosa es posible». Asegura que Washington ha pedido a Ankara que resuelva el problema y que el principal obstáculo reside en la estructura misma del Estado turco, a la que califica de «inadecuada para lograr la paz». Asimismo, Abdullah Öcalan declaró que nunca traicionará al pueblo kurdo y se mostró convencido de que Ankara seguirá manteniendo una postura beligerante hacia su pueblo durante un tiempo, una actitud que resultará «totalmente infructuosa».
En su último comunicado, el Consejo Ejecutivo del KCK -Confederación de los Pueblos de Kurdistán- ha calificado la nueva propuesta de ley militar del Estado Mayor turco como una «declaración de guerra contra el pueblo de Kurdistán». A su vez, ha pedido al AKP y al resto de fuerzas que operan en el Estado que «abandonen la política de aniquilación y aborden el problema de una manera realista para lograr una paz digna y democrática».
El KCK se muestra convencido de que el Estado turco y el Gobierno del AKP no buscan una solución. El hecho de que la Hoja de Ruta de Öcalan no haya sido publicada aún, los recientes acuerdos de colaboración con Bagdad y las precarias condiciones en las que está Öcalan «son prueba suficiente de que el objetivo de Ankara sigue siendo aislar y eliminar el Movimiento por la Libertad del Kurdistán», sostiene.
Haciendo un balance del alto el fuego unilateral anunciado por el PKK el 13 de abril, el KCK denuncia que las operaciones del Ejército turco han matado a 63 guerrilleros y que cientos de políticos kurdos han sido detenidos. Así las cosas, añade que «la solución no puede ser alcanzada con los esfuerzos de una sola parte» y pide a la UE y EEUU apoyo en su búsqueda de una solución democrática.
Como aspecto positivo, subraya que la cuestión kurda se haya discutido en detalle por primera vez en Turquía. No obstante, asegura que el Estado turco carece de un enfoque «serio y coherente», pero «a pesar de todo, estamos comprometidos con una solución democrática». Matiza, eso sí, que dicha posición podía variar según la evolución del proceso de paz durante las próximas semanas. K. Z.