El Gobierno filipino pidió ayuda a la comunidad internacional mientras los equipos de rescate están al límite de su capacidad, dos días después del tifón Ketsana que afectó al tercio norte del país, causando 140 muertes.

«He autorizado un llamamiento de urgencia», afirmó el secretario de Defensa, Gilberto Teodoro, quien añadió que también enviará una carta al coordinador residente de Naciones Unidas en el país.

La petición es de ayuda humanitaria, equipamiento y equipos de rescate para ayudar a las unidades locales que se han visto sobrepasadas por la crisis. El Consejo Nacional de Coordinación de Desastres informó de que más de 453.000 personas han sido afectadas, y cerca de 116.000 permanecen en 200 centros de acogida.