Los laboristas dicen en su congreso que quieren recortar los beneficios de la banca
GARA |
El ministro británico de Finanzas, Alistair Darling, justificó ayer ante el congreso del Partido Laborista, que comenzó el domingo en Brighton, su voluntad de reglamentar los incentivos de los banqueros, cuando quedan escasos meses para que se celebren elecciones legislativas, en las que su formación corre serio riesgo de perder el poder.
Darling confirmó que próximamente se elaborará un proyecto de ley reglamentando las remuneraciones de los banqueros, con el objetivo de acabar con «la cultura de la imprudencia que prioriza los beneficios a corto término antes que los éxitos a largo plazo».
La futura ley, que el Gobierno espera poner en marcha en las próximas semanas, significará «el fin de las bonificaciones automáticas para los banqueros año tras año», previó Darling. Las bonificaciones deberán estar «justificadas por un resultados a largo plazo», añadió el ministro.
En un discurso acogido sin grandes síntomas de entusiasmo por los delegados laboristas, deprimidos por las encuestas de opinión, Darling se dedicó a defender sus medidas para hacer frente a la crisis económica y financiera.
«Si no hubiéramos prestado dinero, estaríamos en una situación todavía peor», argumentó. «La recesión se habría convertido en una depresión y la deuda habría aumentado, no disminuido», insistió.
Brown y Darling se encuentran entre los dirigentes que pidieron a sus homólogos europeos y mundiales para que les dejasen incrementar el déficit presupuestario, con el objetivo de relanzar una economía mundial en recesión.
Esta estrategia, que se aplicó en varios lugares del mundo, provocó críticas en Gran Bretaña por parte de los conservadores, preocupados por la deriva de las finanzas públicas.
Darling respondió destacando que los conservadores no han comprendido las causas de la crisis y han subestimado su gravedad.