La lectura de «Millenium» provoca elucubraciones sobre temas como el control social, el abuso de poder por parte del Estado, el valor del periodismo para destapar esos abusos... Pero es difícil concentrarse en esos aspectos y abandonar la temática central: la violencia y la discriminación contra las mujeres, por un lado, y la autodefensa frente a esa violencia estructural, por otro lado. Del tercer tomo destacaría en ese sentido el prefacio. En él Larsson defiende el papel de las heroínas, las mujeres luchadoras que a pesar de haber estado en primera línea han sido ocultadas como protagonistas de la historia, cuando no directamente sepultadas por los historiadores. En definitiva, se trata de toda una reivindicación de las mujeres como sujetos de cambio social y político. El secretario de Estado para la UE y portavoz del PSOE, Diego López Garrido, ha afirmado acertadamente que sus personajes femeninos «son las `amazonas' del siglo XXI».

Mientras leía la tercera entrega llegó a mis manos un artículo de «The Guardian Weekly» escrito por su corresponsal en Madrid, Giles Tremlett, titulado «Deadlier than the male» («Más mortales que los hombres»). La pieza trata sobre cómo cada vez más mujeres ingresan en ETA y cómo, según el autor, algunas incluso llegan a formar parte de su dirección. Tras citar lugares comunes de la prensa hispana sobre activistas como Idoia López Riaño, Tremlett nombra a varias activistas que según la Policía están actualmente en la cúpula de ETA. Me llamó la atención que se citase a Iratxe Sorzabal sin mencionar las torturas que denunció, muchas de la cuales son agresiones sexuales graves. Pensé que en Madrid hasta el mismísimo Mikael Blomkvist hubiese tenido que convertirse en un vulgar Martín Prieto. Pero decidí, dado que se trata de ficción, que no, que habría sido condenado al ostracismo o encarcelado. Luego pensé en qué dirían los que hablan de amazonas si uno de sus voceros despertase tatuado con un «Soy un misógino y un mentiroso». Lo dicho, ficción.