Crónica | Ciencia y arte
La nanociencia llena el Kursaal de burbujas de jabón
En el congreso internacional Atom by Atom que dio comienzo ayer en el Palacio Kursaal de Donostia quedó patente que ciencia y entreteniemiento son compatibles; es más, que están entrelazados, tal y como lo demos- tró Pep Bou. El acto inaugural se cerró con el espectáculo «Rebufaplanetes» elaborado íntegramente por pompas de jabón que literalmente bailaron en el escenario del cubo pequeño.
Oihane LARRETXEA
En la antesala del congreso Atom By Atom, los organizadores insistieron en que una de sus principales finalidades era acercar la ciencia a la calle y nada mejor para ello que un espectáculo de «arte y ciencia en acción». Tras la conferencia inaugural ofrecida por el premio Nobel de Química Harold Kroto, Pep Bou llenó el escenario del cubo pequeño del Palacio Kursaal de pompas de jabón, uniendo de esa forma la ciencia y el arte.
El nexo entre las burbujas y la nanociencia, tal y como explicaron en la antesala de la actuación de Bou, es el detergente con el que se hacen las pompas. «Las moléculas de jabón tienen frente al agua dos reacciones opuestas: mientras algunas moléculas se unen al agua, otras las repele alejándose del transparente líquido», explicaron.
Una versión renovada
Pero ésta no es la única reacción, puesto que en presencia del agua, en las burbujas se forman bicapas de distintos grosores, siendo estas diferencias las que hacen que todas las burbujas no sean del mismo color.
Para visionar esta explicación científica, Pep Bou ofreció el espectáculo «Rebufaplanetes», una versión renovada de «Bufaplanetas» que mostró al público por primera vez hace ya 27 años.
El olor a jabón impregnó la oscura sala del emblemático edificio donostiarra en el mismo momento en que se abría el negro telón. En ese ambiente, con el cubo pequeño únicamente iluminado por la tenue luz de unos focos, el verde del detergente brillaba más de lo habitual.
Empleando una estructura metálica con la base llena de agua y jabón, Bou formó en ella una delicada pared de burbujas dividida en dos partes por un hilo. A los pocos segundos, el fino hilo se lleno de burbujas blancas: Bou soplaba a través de un cilindro de vidrio -que previamente había introducido en agua y jabón- a la vez que fumaba un cigarrillo, y así, se llenaba el interior de blanco humo.
El resto lo hicieron las pompas por sí solas: con un extraño movimiento y amenazando continuamente con estallar, con romperse, se acercaban la una a la otra hasta fundirse en una sola.
El espectáculo hizo vibrar a los asistentes a la sala y provocó un intenso aplauso final, cuando Pep Bou formó una pompa gigante que le cubría totalmente.
