Alemania vive un momento dulce en lo futbolístico. Su campeonato fue el más igualado de entre los grandes el pasado curso, su selección absoluta vive una plácida transición tras el subcampeonato en la Eurocopa de 2008 y los combinados sub 21 y sub 19 se han alzado con sus respectivos títulos continentales. Superada ya la crisis provocada por la sentencia Bosman, ahora la gran mayoría de equipos apuestan por jóvenes futbolistas locales. La internacionalidad alcanzada por Neuer, Beck, Gentner, Trasch, Ozil y, sobre todo, Marko Marin son unos buenos ejemplos.

Nacido en 1989 en Bosanka Gradiska, una localidad ubicada en la República Srpska -enclave serbio ubicado en Bosnia- Marin emigró a Alemania junto a su familia debido al conflicto bélico de los Balcanes. Comenzó su carrera en las categorías inferiores del Eintracht de Frankfurt hasta que en 2006 dio el salto al profesionalismo con su pase al Borussia Mönchengladbach.

Un histórico en horas bajas -en los setenta Jupp Heynckes, Netzer, Vogts o Simossen fueron algunas de sus estrellas- al que Marin ayudó a retornar a la primera división alemana. Su gran campaña en la Bundesli- ga 2, con apenas 18 años, le valió para que Joachim Löw le incluyera en la preselección para disputar la Eurocopa de Austria y Suiza. Finalmente fue uno de los tres jugadores descartados junto a Jermaine Jones y Patrick Helmes. Una vez concluido el campeonato, Marin se ha convertido en un habitual en todas las convocatorias de la National Mannschaft. Siendo así otro hijo más de la inmigración, que al igual que Tasci u Ozil (de origen turco), Sami Khedira (de origen iraní), Compper (nacido en Guadalupe) o SuperMario Gómez (hijo de españoles) se ha asentado en la selección germana.

Rápido, vertical y con un gran regate, sigue la estela abierta por Littbarski y Hassler, dos futbolistas que suplían sus limitaciones físicas con grandes dosis de calidad. Quizá, el único pero que se le pueda achacar a Marin es su irregularidad. Un defecto que suele acompañar a muchos futbolistas jóvenes cuyo juego se basa en el desborde.

El pasado mes de junio, el Borussia MG lo traspasó al Werder Bremen a cambio de cerca de 9 millones de euros. El equipo de HB -diminutivo empleado para en Alemania para referirse a la ciudad de Bremen- necesitaba proyectar ilusión entre sus aficionados tras la venta del brasileño Diego.

Hasta el momento, los verdiblancos han disputado siete encuentros en la Bundesliga en los que suman 12 puntos. Los pupilos de Thomas Schaaf son cuartos en la tabla a cinco puntos del Hamburgo, actual líder de la competición por delante del Bayer Leverkusen del ex rojiblanco Jupp Heynckes. En la UEFA Europa League se impusieron en el primer encuentro de la liguilla por dos a tres al Nacional en Madeira. Frings anotó el primer gol del equipo alemán, mientras que el peruano Claudio Pizarro hizo los dos siguientes.

Una plantilla muy competitiva

Thomas Schaaf, que afronta su décima campaña al frente del equipo, mantiene su apuesta por un fútbol ofensivo en el que los jugadores creativos y las bandas tienen mucha presencia en el juego. Una opción que le ha dado grandes resultados en esta década. Campeón de la Bundesliga en 2004, subcampeón en 2006 y 2008, ganador de la Copa de Alemania en 2004 y 2009, vencedor de la Supercopa de 2009 y finalista de la UEFA el pasado mes de mayo. A lo largo de su historia, su mayor hito europeo es la conquista de la Recopa en 1992.

En la portería, el Werder Bremen cuenta con Tim Wiese. Junto con los jóvenes Manuel Neuer (Schalke) y René Adler (Leverkusen) forma parte de la terna de metas que aspira a llevar el número uno de la selección germana en los próximos años. Wiese, de 27 años, debutó en noviembre de 2008 con la selección pero el puesto de titular sigue siendo para Robert Enke.

Atrás, el internacional Mertesacker y el brasileño Naldo son los centrales titulares. El finés Petri Pasanen, ex del Ajax y que sonó para la Real en su día, y el joven austriaco Prodl son sus alternativas. Para los laterales quedan Clemens Fritz, de clara proyección ofensiva, el sub 21 Boenisch o el serbio Tosic.

En el centro del campo, los veteranos y solventes Torsten Frings y Tim Borowski son los dos pivotes, Aaron Hunt y Marko Marin ocupan las prolíficas bandas mientras que Mesut Ozil destaca como mediapunta. El Werder Bremen apostó fuerte por sus servicios cuando en enero de 2008 pagó casi cinco millones por él al Schalke 04. Junto a ellos, Schaaf cuenta con otras alternativas como la joven revelación Bargfrede, Niemeyer, el croata Vranjes, el ex pimentonero Jensen, el danés Kahlenberg o Martin Harnik, otro de los austriacos que alcanzó las semifinales del Mundial sub 20 de 2007.

En la delantera, Claudio Pizarro -ex del Bayern y Chelsea- es la gran referencia del equipo. La pasada campaña, el peruano estuvo cedido por los blues en Bremen y completó una sensacional temporada con 17 goles en 26 partidos. Su gran rendimiento convenció a los responsables del equipo verdiblanco para firmarle una vez que se desvinculó de los de Stamford Bridge. La segunda opción es el boliviano Moreno. Un futbolista cedido por el Shakhtar, verdugo del Werder Bremen en la última final de la UEFA. El luso Hugo Almeida es la opción en caso de buscar un juego más directo, mientras que para el sueco Rosenberg la suplencia se ha convertido en algo habitual durante este inicio de temporada.

En definitiva, un equipo con varios titulares de la selección alemana, jóvenes con mucha proyección y un buen cargamento de pólvora en ataque. El Athletic, con una plantilla más que competitiva, tendrá hoy una buena prueba para comprobar la madurez de algunos de sus futbolistas en su visita al Weserstadion de Bremen. Un estadio, que cuenta con pista de atletismo, con capacidad para 43.000 espectadores.