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Jakue Pascual Sociólogo

Gazteak

Centenares de jóvenes atacan borrachos a la Policía en Pozuelo de Alarcón. Los vecinos culpan a los vallecanos -sus hijos nunca han bebido- y el vicesecretario de comunicación del PP insinúa que en el trasfondo se halla el 40% de desempleo juvenil

En «The Young Ones», un punk, un hippie, un izquierdista, un pijo y otros roedores compartían un cochambroso piso conviviendo sin pasta entre planes de derribo, inundaciones, porras policiales y fiestas desmadradas. Lo absurdo de la situación atraía. Era un antídoto contra el aburrimiento reinante en el que nos había sumido la crisis de los ochenta.

Hace un año el Consistorio gasteiztarra restringía los horarios hosteleros ante el estupor de los jóvenes. La decisión mermaba la posibilidad de entablar relaciones callejeras a la deriva entre bares. Macrobotellón de protesta en la Virgen Blanca. El Messenger, los sms y el boca a boca difunden la quedada. Cánticos a Celedón. En Gasteiz hace un frío que pela... En la pira arden fotos Reuters y el bochorno sonroja a los munícipes bienpensantes. ¿Dónde están los jóvenes de las encuestas? Los vándalos se divierten.

Borroka pija en España. Centenares de jóvenes atacan borrachos a la Policía en Pozuelo de Alarcón, un municipio de rentas altas y geografía humana conservadora. Los nacionales patrullan la zona ferial, presionan para dispersar los botellones y apagan la música. Las fuerzas del orden responden a una agresión supuestamente efectuada por unos poqueros. Contenedores ardiendo, coches policiales calcinados y asalto al muro perimetral de la comisaría. Veinte detenidos, entre ellos, siete menores. Los vecinos culpan a los vallecanos -sus hijos nunca han bebido- y el vicesecretario de comunicación del PP insinúa que en el trasfondo se halla el 40% de desempleo juvenil. Según indica Antonio Casado, los hijos de lo políticamente correcto practicaron lo mismo que «tantas veces, sobre todo mirando al País Vasco, nos ha merecido el calificativo de terrorismo de baja intensidad». Coto a la permisividad. Los autoritarios planean rebajar la edad penal hasta los 12 años y poner tarimas en las aulas para aumentar el tamaño moral de los docentes.

La Audiencia Nacional prohíbe un torneo de mus y un partido de fútbol pro amnistía en Hernani. La Ertzaintza carga contra una parodia en la que decenas de jóvenes chutan balones gigantes de gomaespuma. «Jugamos todos o pinchamos el balón». Y batalla campal en Lekeitio cuando la policía autonómica intenta «cazar» la foto de un preso. Ocho detenidos, partes de lesiones y tipificaciones judiciales de terrorismo. TSJV: La mera exhibición de fotos de presos no es delictiva. El PSE gobierna en familia.

Jennis, poqueros y canis entre el tuning y el fracaso en la ESO. Bloggers y gamers. Pijos fresas y pelolais rubias. Lolitas de porcelana y decoras Hello Kitty, made in Japan. Skaters, graffiteros, breakers y raperos... Chándal hip-hop y mugre grunge. Siniestras poses dark y melancólicos flequillos emos. «No somos nada, cómo no íbamos a conocernos». Una falsa polémica censura la foto que las adolescentes góticas ZP comparten con los Obama. Eurovisión convierte al metal pesado en un clásico como Abba y siempre hay revival hippie en la temporada de moda. La antropología de las tribus observa cómo los punk se atrincheran en la anarquía; mientras que rockers, mods, rastas y skins retornan desde el jurásico. ¿Qué buscan los jóvenes en estos tiempos de crisis? Adivina, adivinanza.

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