La ruptura del Gobierno de Nafarroa hace aflorar los intereses electorales
Alberto Catalán y Amelia Salanueva, consejeros de Relaciones Institucionales y Administración Local, respectivamente, asumirán las consejerías de Educación y de Ordenación del Territorio y Vivienda. Pero al margen de estos cambios, confirmados ayer por Miguel Sanz tras regresar de las fiestas de Corella, la ruptura del Gobierno de Nafarroa y las consiguientes declaraciones han dejado en evidencia que el verdadero trasfondo son los intereses electorales.
I. V.
La decisión de Miguel Sanz de expulsar a CDN del Gobierno ha sido interpretada por los demás grupos políticos como una maniobra de cara a las próximas elecciones, pero las acusaciones cruzadas entre esas mismas formaciones han dejado en evidencia que sus propios intereses electorales están por encima de los cambios de nombres en dos consejerías.
El propio Miguel Sanz arremetió ayer contra varios grupos políticos en la rueda de prensa que ofreció para confirmar el nombramiento de Alberto Catalán y Amelia Salanueva para cubrir las bajas de Carlos Pérez Nievas y Carlos Esparza al frente de las consejerías de Educación y de Ordenación del Territorio y Vivienda, respectivamente.
El presidente del Gobierno no quiso responder a las valoraciones hechas desde el CDN, por entender que los dirigentes de este grupo las han hecho «desde la resaca», después de que Juan Cruz Alli declarase que el objetivo de Sanz con esta ruptura es conseguir un pacto UPN-PSN.
Respecto al PP, que había pedido un adelanto electoral en Nafarroa tras conocer que una encuesta le otorgaba siete escaños en el próximo Parlamento autonómico, Sanz reaccionó diciendo que «si esto es todo lo que tienen que hacer, mejor que se queden en casa».
El PSN, contra todos
En su comparecencia, Sanz no hizo alusiones al PSN, pero el líder de este grupo, Roberto Jiménez, sí hizo declaraciones en las que censuró «la puñetera calculadora electoral en la que está instalado el centro derecha».
Jiménez dirigió sus críticas a prácticamente todo el arco parlamentario. «El PP -dijo- está pidiendo elecciones importándole tres narices los intereses de la Comunidad Foral, UPN echándole pulsos al uno y al otro, CDN diciendo que hay que abrir una coalición y Nafarroa Bai pegándose por todas las esquinas».
También aseguró que el PSN «no está con la calculadora electoral, sino con los problemas», y añadió que «va a garantizar la estabilidad y la tranquilidad».
La respuesta le llegaba poco después por boca de Maiorga Ramírez (NaBai), quien le recordó que los dirigentes del PSN son los «únicos aliados en firme de UPN y de su Gobierno» y que son «corresponsables directos de la acción de gobierno de Miguel Sanz, ya que, sin su apoyo, éste no sería posible».
«El PSN está jugando con esa calculadora electoral que tanto critica, ya que mientras dice apostar por la acción política progresista, lo cierto es que es el bastón de la derecha navarra», manifestó Ramírez tras señalar que el PSN «no está haciendo nada por cambiar la situación».
Ninguno de estos dirigentes políticos hizo alusión a que el actual mapa político en Nafarroa está condicionado por el veto y la persecución a la izquierda abertzale.
Jiménez aseguró que el PSN «no está con la calculadora electoral», hecho que reprochó al centro derecha, y Ramírez le recordó que el PSN «está jugando con esa calculadora» y «es el bastón de la derecha navarra».
Una de las incógnitas suscitadas por la ruptura del Gobierno giraba en torno a la futura política lingüística, teniendo en cuenta que el detonante de dicha ruptura han sido las discrepancias entre UPN y CDN respecto a la Ley del Vascuence. A este respecto, Miguel Sanz aseguró ayer que los consejeros que asumen ahora las carteras de Educación y de Ordenación del Territorio y Vivienda «no formarán nuevos equipos de cargos de confianza si los actuales desean continuar en sus puestos, ya que nosotros vamos a mantener la confianza en ellos».
Tras afirmar que «las líneas estratégicas van a seguir siendo las mismas» y que «no es necesario cambiar el rumbo», el presidente del Ejecutivo Foral remarcó que Euskarabidea fue «una apuesta del Gobierno, no de un consejero», al tiempo que alabó la «extraordinaria labor» que Pérez Nievas ha desarrollado en este campo.
En respuesta a NaBai, que le había acusado de haber politizado el euskara al romper el pacto de Gobierno UPN-CDN, Miguel Sanz dijo que ha sido precisamente su partido el que «ha marcado» el desarrollo de esta lengua.
A modo de reproche, el dirigente regionalista añadió que la lengua vasca «la politizan los nacionalistas y los violentos, que la ponen en todas sus pancartas y la utilizan como arma arrojadiza para defender sus intereses». I.V.
