Raimundo Fitero
Jamón al violín
Entre los espacios de búsqueda de talentos del espectáculo y las posibilidades de formar parte de un coro de plañideras en un parlamento, el personal más resabiado elige vestirse de marca comprada (y pagada con factura, recibo y comprobante bancario) en tiendas outlet. Son los signos de los tiempos. En Tele 5 vuelven por sus cosas y en su programa espectáculo «¡Tú sí que vales!» aparecen una pareja de concursantes que uno toca el violín a velocidad endiablada y el otro corta jamón a la misma o parecida velocidad. Un espectáculo gastronómico, probablemente una de las aportaciones al nuevo folklore ibérico. No los dejan transitar por el concurso. Se nota que al jurado les dan jamón de jabugo en su catering. Bien pensado yo me apuntaría con estos artistas para formar un trío: nadie más rápido que este cura pelando langostinos. Un éxito asegurado.
En las cortes valencianas, en el parlamento español, en todos esos edificios en donde se les llena la boca de jamón ibérico y presupuestos, es difícil encontrar nuevos talentos. Por ejemplo, como espectador poco poroso, los cuellos de camisas de un tipo histriónico que es alguien que manda y maneja muchas cajas B del PP valenciano, me parecen un insulto estético. Compite con bastante proximidad con el señor Urkullu, que en cuanto cuellos de camisa, corbatas, y polos levantados, parece de la misma escuela de pijos con carnet de partido. Los peores en cuanto transmisores de valores estéticos sempre subvencionados, o mejor dicho, siempre manchados por el aceite de las comisiones.
Nos ofrecen de espaldas a una mujer que debe levantarse el burka que le tapa la cara para declarar ante un juez. Debe ser por el ordenamiento jurídico. Las camisas de camisero caro, los cuellos de camisa en recesión geométrica, las corbatas y sus nudos plenipotenciarios, unto a los ternos de corte y confección personalizada son el burka ideológico de cierta clase política que debe hacer ostentación de su falta de gusto en todos los instantes. Sí, hay nudos de corbata peperos, trajes zapateristas, cuellos vueltos nacionalistas en la oposición y fuera de catálogo tenemos al trío Rubalcaba-Ares-López. Siempre tocando el violón.