El mundo de la pala recibió ayer con dolor y sorpresa la noticia del fallecimiento de Fede Arribillaga, ex zaguero de Etxalar, que murió a los 56 años de edad. Aunque todavía se deben conocer los resultados de la autopsia, parece que una infección sanguínea puede ser la causa de la muerte del pelotari.

En los comienzos de su carrera, Arribillaga comenzó jugando a mano en la escuela Kurpil Kirolak de Irun. A los 16 años cogió la pala, y debutó en el Deportivo el 11 de agosto de 1972, perdiendo con Ibergarai 38-45 ante Zalakain y Pumarejo. En menos de un año ya era pelotari de primera.

El de Etxalar fue, posiblemente, el último palista con hechuras eminentemente clásicas, aportando a la pala una bocanada de tradición. Al margen de su extensa carrera en el Deportivo, también fue profesional en el Carmelo Balda donostiarra, regresando otra vez a Bilbo en 1978. En 1981 jugó y ganó, con su hermano Agustín (Arribillaga II), el primer Campeonato de España de la época moderna. Su juego era tan grande que arrasó en dicho campeonato.

Se retiró en el Deportivo el 23 de marzo de 1996: con Torre ganó 40-33 a Urkia y Otero. Un año antes, y ya con bastante menos juego, era tanta su sapiencia que quedó Campeón individual de Euskadi. Después de ir perdiendo 28-18, dio la vuelta al partido y ganó la final a Juan Pablo.

El vizcaino Javi Iriondo, que coincidió con Arribillaga como profesional, todavía compungido por la noticia, recordaba ayer en Euskadi Irratia que «era un pelotari clásico, que tenía un gran golpe por debajo. Cuando saltaba a la cancha le costaba entrar en calor, pero una vez conseguía calentar el motor, no había quien lo parase».

Hace siete años, otro gran delantero, Manolo Iturri, también falleció con 59 años de edad.