Jim Jarmusch volvió a sorprender en el Donostia Zinemaldia con su personalísimo cine, fiel al estilo episódico que le caracteriza, lo que le permite colaborar con grandes intérpretes deseosos de participar en una de sus realizaciones independientes. En esta ocasión, el reparto responde a un perfil más cosmopolita que nunca, con actores y actrices de las más variadas procedencias.

El único norteamericano es Bill Murray, que en esta película cargada de simbolismos representa al control sobre el que elucubra el título. «Los límites del control» tiene como protagonista misterioso a Isaach de Bankolé, de la misma manera que en «Ghost Dog» lo podía ser Forest Whitaker.

Personajes inclasificables

Alrededor suyo giran una serie de personajes no menos inclasificables, con los que contacta utilizando de contraseña los dos cafés que pide cuando se sienta en una terraza. Ellos le entregan una caja de cerillas con un código secreto, una fórmula imaginativa para conspirar contra el control, salva en el caso de la cowgirl interpretada por Tilda Swinton, que le pasa diamantes, tal vez representando la parte material de estos intercambios al margen de la ley. Jarmusch dedica «Los límites del control» a Jean-Pierre Melville.