Los profesionales se reúnen en el Foro de Tendencias Televisivas y de sus conclusiones podemos intuir algo de lo que va a suceder en breve en cuanto a estructuras pero poco sobre contenidos. Lo que parece obvio es que la TDT va a cambiar no solamente lo que se ofrece, sino en cómo se ofrece y no nos referimos solamente a la cuestión técnica, es decir cuando todo sea digital, no habrá comparaciones tecnológicas, sino que las posibilidades que éstas aportan, la ampliación de señales en nuestro receptor, va a condicionar todo el sistema de producción. Se va a atomizar, por un lado, y por otro las generalistas se van a tener que reforzar en grupos, coaliciones, fusiones porque sus estructuras están pensadas para cuotas de pantalla cercano al veinte por ciento, y actualmente con un quince se es campeón. Estos porcentajes son los que marcan el precio de los anuncios publicitarios, por lo tanto el inversor de productos de venta masiva quieren muchas audiencias, pero si están disgregadas, se disgregará en su presión publicitaria con el fin de no perder ni un presunto comprador.

En las conclusiones hay cuestiones muy de consumo interno, para los profesionales, porque la situación global no es muy saludable. Se está pagando muy poco por cada minuto emitido. Se reducen los costes de producción de manera tan drástica que se está poniendo en peligro los niveles mínimos de calidad. Para nosotros, los del mando a distancia, lo que encontramos actualmente en los canales nuevos no nos aporta gran cosa. Diríamos que son una especie de archivo constante, de zona de recuerdos nostálgicos, segundas o terceras opciones de las cadenas madre, como si hicieran una programación estival perpetua.

Hay canales de nueva implantación, curiosamente instalados muchos de ellos en la extrema derecha como Intereconomía que está apoyando sin reparos al golpista hondureño, entre otras muestras obvias de su beligerancia ideológica. Por cierto en Libertad Digital TV ofrecen por las mañanas el programa de radio de Federico, tal cual. ¡Qué innoven ellos! Utilizar una señal de TV para emitir un programa de radio es ahorrar, bastante, pero no aportar casi nada.