El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha decidido pisar el acelerador del despropósito en su alocada carrera por sacar a la izquierda abertzale de la realidad. Dirán que lo que pretenden es expulsar a ANV de las instituciones pero, en realidad, lo que ansían es embarcar a todos los y las independentistas de izquierdas y mandarlos a un peñón. En plan Perejil.

Y, de entre los suyos, los más indiscretos ya empiezan a mostrar la patita por debajo de la puerta.

El editorialista de «El Mundo», ayer, se felicitaba porque ya no queda espacio para los titubeos: «aunque el Gobierno parece haber renunciado a buscar fórmulas para disolver los ayuntamientos de ANV, el caso de la alcaldesa de Hernani (Guipúzcoa) le ha situado en esta encrucijada política». O sea, que ya no se puede llamar andana.

Tras recordar que «Marian Beitialarrangoitia ha sido condenada a un año de cárcel y siete de inhabilitación por exaltación del terrorismo» y que «la Junta Electoral ha instado al Gobierno a desplazar a la alcaldesa de su cargo y la Abogacía del Estado requerirá al Ayuntamiento para que sea sustituida por otro concejal», el escribiente de Pedro J. entra en el siempre escabroso terreno de la especulación: «Es previsible que el grupo de ANV, que gobierna el Ayuntamiento, se niegue a cumplir esta orden, por lo que el Gobierno tendrá que buscar alguna vía para hacer respetar la ley en esta localidad. La incógnita está ahora, precisamente, en qué hará el Ejecutivo». ¡Qué intriga! Las cábalas para saltarse su propia «democracia» les quitan el sueño.

Temen falta de contundencia, pero insisten: «El ministro de Justicia aseguró ayer que estudiará la respuesta adecuada; sin embargo, parece que el Gobierno no contempla la disolución del Ayuntamiento de Hernani incluso si los concejales de ANV se niegan a reemplazar a la alcaldesa. Pero esa solución sería la más adecuada y el Ejecutivo tendrá que explicar por qué se resiste a tomarla». Pues digo yo que tal vez porque eso de ir disolviendo corporaciones elegidas por el pueblo se parece más a lo que hicieron Micheletti en Honduras que a una democracia al uso. ¿No les parece?