Se cumplieron los pronósticos y Patxi López logró ayer mejorar los porcentajes obtenidos hace cuatro años -el 30 de octubre de 2005- cuando en ese mismo escenario, a orillas del Ibaizabal, fue reelegido por segunda vez secretario general del PSE. Ayer, los delegados premiaron su estrategia para alcanzar Ajuria Enea, pasando del 96,7 al 97,4% de refrendo; de los 497 votos válidos emitidos, 495 optaron por la continuidad del político jarrillero, dos votaron en blanco y no hubo ningún voto en contra.

Esa fue la única novedad, el grado de adhesión al proyecto liderado por López. Horas antes, el Congreso había aprobado por unanimidad el informe de gestión presentado por el secretario general y lehendakari, que pivotó sobre la llegada del PSE a Ajuria Enea y las tres tareas en las que se van a volcar: acabar con ETA, hacer frente a la crisis económica y tratar de conseguir que se obvie que hay un conflicto político entre Euskal Herria y el Estado español.

Su estrategia para tratar de impedir que el mensaje de la izquierda abertzale y de denuncia de la conculcación de derechos políticos esté en la calle fue citada en varias ocasiones de su discurso. Antes, la secretaria general del PSOE, Leire Pajín, aseguró que la dinámica emprendida por el departamento dirigido por Ares para eliminar carteles que reivindican los derechos de los presos políticos vascos «llena de orgullo a los socialistas de toda España». «La limpieza de los muros de la vergüenza contribuye a la dignidad de este país, así como a la limpieza de unas cuantas conciencias de aquellos que no hicieron nunca nada», aseguró Pajín.

«¿Qué mejor ejemplo de lo que significa sumar y construir consensos que, por ejemplo, el pacto alcanzado esta misma semana entre el consejero de Interior y la Asociación de Municipios Vascos para erradicar de las calles de Euskadi los carteles y las pintadas que ensalzan a ETA?», preguntó.

Patxi López, tras homenajear a la militancia del PSE, les pidió que no se conviertan en «un mero apéndice subordinado del Gobierno Vasco». El primer reto, al margen de la gestión del propio Ejecutivo, dijo que es «crecer en alcaldes, concejales y junteros». «Es tiempo -remarcó- de fijarnos objetivos, de ambicionar aumentar los liderazgos», en vez de hablar de afianzar el pacto con el PP u otros.

«Lo diré de otra forma para que quede más claro si cabe: vamos a ir a esas elecciones -en referencia a las municipales y forales de 2011- para sacar mejores resultados que los actuales y será después de esas elecciones, como es nuestra tradición, cuando como fruto de los resultados, desde el respeto a lo que manifieste el electorado, y desde las necesidades que demande la gobernabilidad de las instituciones, será cuando resolvamos las políticas de alianzas que mejor defiendan el proyecto de cambio».

Antes, defendió la solidez y estabilidad de su gobierno apoyado por los votos del PP, «porque se asienta en un gran acuerdo sobre objetivos de país, que pueden ser compartidos por todas las fuerzas democráticas de Euskadi». Para el lehendakari, el pacto con el partido de Antonio Basagoiti «constituye el certificado de defunción de las políticas frentistas», partiendo de que fue el PP «quien ha estado dispuesto a abrir con nosotros un nuevo tiempo en este país. Un acuerdo que, a diferencia de otros anteriores, no cierra la puerta a nadie, sino que la abre para todos».

Al hablar de futuros acuerdos, por ejemplo en materia presupuestaria, no faltó el guiño al partido que dirige Iñigo Urkullu, del que dijo «hoy se siente obligado a escenificar una voluntad de pacto con el Gobierno, después de asegurar que no nos iba a dar ni agua, porque es consciente de que el acuerdo político que hemos propiciado en Euskadi es asumido y entendido por una sociedad vasca que no está dispuesta a seguirles en su deriva radical».

López celebró que en el PNV vaya ganando terreno «la voz de la sensatez», frente a la política mantenida hace pocos meses de enfrentamiento dialéctico radical con el PSE. «Espero que esa voz acabe imponiéndose, frente a tantas otras que siguen apostando por la acumulación de fuerzas nacionalistas y por los frentes que dividen al país», dijo el lehendakari, para asegurar que «este país sólo tendrá futuro, sólo tendrá posibilidades de avance desde la suma, y no desde la disgregación ni desde peleas cuasi-tribales entre las diferentes instituciones».