Mediante una marcha montañera, un grupo de vecinas y vecinos de Zubieta quiso hacer saber ayer a la sociedad que han comenzado ya las obras previas y necesarias para la planta: tala de árboles, pistas, catas... «Es ahora el momento de parar esta incineradora tan perjudicial para la salud y a los que la quieren imponer», insistieron, y llamaron especialmente a los habitantes del entorno a participar en todas las movilizaciones.

La cita era a las 11.00 en el centro de Zubieta. Desde allí partieron unas cincuenta personas, mochila al hombro, rumbo al lugar donde se están realizando las catas.

Unai Agirre, miembro de la Junta de Zubieta (Zubietako Herri Batzarra), explicó que junto a las máquinas llevaron a cabo una plantación de robles, con el deseo de «rehacer lo que están destruyendo». Remarcó que continuarán con esa labor y en la defensa de los sistemas alternativos, que son viables económicamente.

«No quieren ver»

Tal como denunciaron en el acto simbólico, los que apoyan esta obra «cara e innecesaria» están actuando sin querer estudiar ni ver otras opciones, como la recogida puerta a puerta. Más aún: obstaculizan el trabajo que están haciendo otras personas para llevar a cabo esas alternativas. Los participantes de la excursión consideran que esa actitud «es muy grave» y que la planta incineradora «no es más que el comienzo de la destrucción de Zubieta», ya que «luego vendrán otros proyectos», por ejemplo, el polígono industrial y la macrocárcel.