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La dispersión fuerza la atención hospitalaria de la madre de un preso político

La madre del preso bilbaino Igor González Sola tuvo que ser atendida después de que el avión en el que viaja a visitar a su hijo tuviera que aterrizar forzosamente. Etxerat se encuentra a la espera de nuevos datos.

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Según informó ayer Etxerat, la madre de un preso político de Bilbo tuvo que ser atendida ayer en un hospital madrileño, después de que sintiera dolencias tras un aterrizaje forzoso del avión en el que se trasladaba para poder visitar a su hijo. Sobre las 7.30, la madre del preso bilbaino Igor González Sola se dirigía junto con el padre de otro preso vasco a la prisión española de Granada. Debido a unos «problemas técnicos», el avión que tomaron tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en Madrid.

Según informó Etxerat en una nota, tras el aterrizaje, la madre de González Sola comenzó a sentirse mal y requirió de asistencia médica nada más llegar a la capital española.Los facultativos le realizaron las primeras pruebas, un electro y una extracción de sangre, y tras las mismas decidieron enviarla en ambulancia a urgencias del Hospital Ramón y Cajal.

A la espera de más pruebas

Tras las primeras observaciones informaron de que la madre del preso bilbaino habría sufrido un «edema de úvula», y ayer por la tarde todavía se encontraban a la espera de los resultados.

Una vez más, desde Etxerat denunciaron que la política de dispersión que los Estados aplican contra los presos y presas políticas vascas introduce a miles de vascos en un «constante corredor de la muerte cada fin de semana».

Insistieron en que «es hora de acabar con la criminal política penitenciaria vigente» y de que los presos y presas políticas vascas vuelvan a Euskal Herria dueños y dueñas de sus derechos.

Con la de ayer, la política de dispersión se salda con su sexto accidente este año, que sucede semanas después de que un amigo del preso político Egoitz Fernández sufriera un aparatoso accidente de coche.

Por otra parte, como cada viernes, fueron muchas la personas que en defensa de los derechos de los presos y represaliados vascos salieron a la calle.

En Oñati se movilizaron 50 personas, 120 en Eibar, 65 en Lazkao, 26 en Ugao, 275 en Iruñea, 90 ante Sabin Etxea, 55 en Elizondo -donde la Guardia Civil identificó a varios jóvenes que estaban poniendo unos carteles-, 22 en Doneztebe, 270 en Orereta.

En Bera, fueron 40, 70 en Arbizu y Zaldibia, 300 en Hernani, 50 en Arrigorriaga, 25 en Zalla, 12 en Gatika, 92 en Zornotza y 566 en Gasteiz, 72 en Etxarri-Aranatz, 120 en Algorta, 43 en Lezo, 115 en Zaldibar, 82 en Galdakao y 45 en Oñati. El jueves, a su vez, fueron 100 los que se movilizaron en Burlata y 50 en el barrio iruindarrra de Errotxapea, también en defensa de los derechos de los presos políticos.

«EDEMA DE ÚVULA»

Tras las primeras observaciones, desde Etxerat indicaron que la madre del preso bilbaino podría haber sufrido un «edema de úvula». No obstante, ayer por la tarde todavía se encontraban a la espera de nuevos datos.

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