El Ejército de Pakistán da inicio a su ofensiva terrestre contra los talibán en la frontera
La contraofensiva terrestre del Ejército de Pakistán tras la última ola de atentados de los talibán, que han dejado cerca de 200 muertos en doce días, comenzó ayer en Waziristán del Sur, su principal bastión en el país.
GARA |
El Ejército de Pakistán inició ayer una ofensiva terrestre y aérea contra el bastión de los talibán en Waziristán del Sur, frontera con Afganistán, como respuesta a la demostración de fuerza realizada por la insurgencia en las últimas semanas, que ha dejado un saldo de al menos 175 muertos.
La contraofensiva terrestre, en la que, según fuentes militares, han muerto ya al menos cuatro soldados, comenzó después de que el Gobierno diera «luz verde» al Ejército, aunque un portavoz gubernamental, Zafar Jabab, aclaró que no habría un anuncio formal de la operación militar por parte de las autoridades políticas porque «el factos sorpresa» para llevarla a cabo «es importante».
Jabab agregó que la decisión fue tomada en una reunión celebrada el viernes en la residencia del primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Guilani, en la que «existió un amplio consenso entre los participantes sobre la necesidad de actuar en Waziristán del Sur tras la ola de ataques terroristas que está sufriendo el país».
El mando militar estaba preparando desde el pasado mes de junio esta ofensiva en esta región fronteriza con Afganistán, donde hasta la fecha sólo se habían registrado regularmente ataques aéreos y con artillería pesada contra objetivos concretos tanto por parte del Ejército paquistaní como de aviones no tripulados de EEUU.
Analistas y fuentes de inteligencia consultadas por Efe indicaron que la muerte, a principios de agosto, del líder del movimiento insurgente Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), Baitullah Mehsud, durante un bombardeo, retrasó el comienzo de la ofensiva terrestre del Ejército.
Diversas fuentes de seguridad y analistas calculan que unos 28.000 soldados y fuerzas paramilitares han sido desplegados recientemente en la zona, donde deberán hacer frente a una red insurgente de al menos 10.000 combatientes.
«Va a ser una ofensiva muy dura, es una zona muy montañosa en la que avanzar va a ser complicado. Octubre y noviembre son meses buenos para luchar, pero en diciembre va a hacer mucho frío», observó una fuente de inteligencia occidental.
Horas antes del inicio de la contraofensiva, las autoridades paquistaníes impusieron el toque de queda en toda la provincia fronteriza para «proteger» a los soldados que entren en el bastión insurgente. «El toque de queda es para la protección de las caravanas militares y se aplica a los caminos. Las tiendas están abiertas», matizó el portavoz del Gobierno, Mohammed Khan.
Repunte del éxodo
La portavoz en Pakistán del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Ariane Rummery, en el marco de esta ofensiva que se intuía inminente, en los últimos días se ha vuelto a producir un «repunte» en el éxodo de civiles de esta conflictiva región hacia las demarcaciones noroccidentales vecinas de Tank y Dera Ismail Khan.
En los últimos meses, al menos 100.000 personas han abandonado Waziristán del Sur, según cálculos «moderados» ofrecidos por Rummery, y se estima que el nuevo éxodo podría afectar a 250.000 personas.
Un total de tres militares estadounidenses murieron el viernes en dos incidentes registrados en el este y el sur de Afganistán. En el ataque más grave, en el este, murieron dos soldados a raíz de un atentado con bomba.