Ante las fuertes críticas recibidas por invitar en horario de máxima audiencia a Nick Griffin, líder del ultraderechista Partido Nacional Británico (BNP), el director general de la BBC, Mark Thompson, desafió al Gobierno a cambiar la legislación actual si quiere ejercer la censura contra este grupo. En una carta dirigida al diario «The Guardian», aseguró que los ministros británicos tendrían que imponer una prohibición sobre el programa tal y como hizo la ex primera ministra Margaret Thatcher con el Sinn Féin en la década de los ochenta, antes de que la BBC considere romper su «principio central de imparcialidad».

Incidió en que el público tiene el derecho de «escuchar todo tipo de perspectivas políticas. Es una sencilla cuestión de sinceridad reconocer que el BNP cuenta con un nivel de apoyo que normalmente conllevaría a una invitación para unirse al programa. Ésta es la única razón por la que hemos entregado la invitación». En opinión de Thompson, «parece un caso de censura de las sociedades democráticas, que a veces deciden que algunas organizaciones o partidos han traspasado el límite y como resultado, les prohíben aparecer en programas». «No es razonable ni consistente tomar la posición de que un partido como el BNP es aceptable para que la sociedad lo vote, pero no para que aparezca en plataformas democráticas como un programa de televisión», consideró.

El primer ministro Gordon Brown se negó a tomar partido, aunque pidió que no se preste apoyo al BNP, al que describió como «racista e intolerante».

El jueves, 500 personas se manifestaron a las puertas de la cadena para protestar por la entrevista. Subrayaron que debido a su «homofobia y racismo» no debería participar en programas como Question Time.