Al menos 24 personas murieron ayer en Pakistán en tres nuevos episodios de la ola de violencia que en 19 días ha dejado más de 200 fallecidos, mientras que en el sexto día de ofensiva militar contra la insurgencia talibán en Waziristán Sur cayeron trece supuestos insurgentes y dos soldados.

Dieciséis personas que se dirigían a una boda en las zonas tribales paquistaníes murieron al estallar una mina al paso de su minibús, que quedó destruido. La explosión, que hirió a otras seis, se produjo en Sorandara, en el distrito de Mohmand, una zona que las autoridades habían declarado limpia de «terrorismo» en febrero de 2009 y en donde los ataques continúan.

Con anterioridad, otro atentado tuvo como objetivo un puesto de control en las inmediaciones de una importante base aérea en Kamra y un segundo ataque fue dirigido contra un restaurante de Peshawar.

«Seis civiles y dos miembros de las fuerzas aéreas murieron en el atentado suicida de Kamra», declaró a France Presse el jefe de la Policía local, Fakhar Sultan, corrigiendo al alza un primer balance a siete muertos.

Otros quince soldados de la fuerza aérea resultaron heridos en este ataque, que se produjo cerca de la base aérea en la ruta que va de Islamabad a Peshawar.

Poco después, un coche bomba estalló delante de un restaurante en Peshawar, en el barrio residencial de Huyatabad, dejando 15 heridos, según el último balance entregado hasta ahora por un responsable de la Administración local. Peshawar se ubica en el límite con las zonas tribales donde los talibán paquistaníes y los combatientes vinculado a Al Qaeda han establecido una plaza fuerte.

Los atentados de ayer no han sido reivindicados, pero parecen inscribirse en la ola de ataques organizados por el Movimiento de los Talibán de Pakistán (TTP).

Pakistán prometió aplastar a los talibán y el sábado pasado lanzó una ofensiva terrestre en Waziristán Sur, bastión de los combatientes islamistas, al noroeste del país.

En el sexto día de amplia ofensiva murieron 13 supuestos talibán -seis uzbekos, entre ellos- y dos soldados. Desde el inicio de la operación militar, 142 insurgentes y 20 soldados han perdido la vida, según el balance del Ejército.

Sin embargo, la ofensiva, apoyada por bombarderos, helicópteros de ataque y disparos de artillería pesada, está encontran- do una fuerte resistencia por parte de los combatientes islamistas.