El viceconsejero de Cultura de Lakua, Antonio Rivera, reiteró ayer que el Gobierno de Lakua continúa sin estar del todo convencido al respecto del proyecto de ampliar el Museo Gu-ggenheim a la comarca de Urdaibai. Explicó ayer que la construcción de un nuevo equipamiento museístico en la Reserva de la Biosfera vizcaina sigue sin ser una prioridad para el Ejecutivo del PSE, porque considera que «lo que funcionó hace unos años, saliendo de una crisis (en referencia al éxito del Museo Guggenheim de Bilbo), no tiene que funcionar en otra crisis, que es radicalmente distinta».

«Esto no significa -precisó- que estemos dando un no rotundo a esta iniciativa, porque vamos a respetar para dar nuestra respuesta definitiva a tener los informes preliminares que se están haciendo y que se debatirán en la reunión que en diciembre va a tener el Patronato de la pinacoteca bilbaina».

Rivera señaló que «la Diputación de Bizkaia ha apostado, con este proyecto, por una fórmula de reactivación económica de una comarca», mientras que su departamento estima que la oportunidad de la iniciativa debe analizarse desde la perspectiva de las necesidades culturales del país y no de las económicas. «La cultura es cultura y genera economía, pero no hay que hacer cultura para generar economía», sentenció.

Cifras dudosas

Por otro lado, Rivera se cuestionó el realismo de las cifras de visitantes y de impacto económico avanzadas por los informes preliminares realizados (86 millones de euros de retorno de la inversión y 148.000 visitantes anuales de media). El viceconsejero de Cultura opinó que «es mucho decir» que «una parte sustancial del millón de visitantes que tiene el Museo Guggenheim de Bilbo necesariamente se van a desplazar 30 kilómetros a ver, no lo mismo, pero sí un formato similar».

Advirtió también del peligro que tendría para el mantenimiento de la declaración de Reserva de la Biosfera de Urdabai el hipotético éxito de público del proyecto, porque «para que la UNESCO otorgue una declaración así se deben reunir una serie de factores y cánones que, si se alteran con la implantación de una infraestructura como ésta, te la pueden quitar».

«Y si la iniciativa no tiene éxito de público -agregó-, el problema, entonces sería de orden económico, al no conseguir el objetivo de revitalizar económicamente la zona».