La intervención saudí contra la rebelión chií en Yemen es un aviso serio a Irán
GARA |
Arabia Saudí lleva a cabo desde hace una semana bombardeos diarios contra las zonas fronterizas controladas por los rebeldes chiíes es una advertencia a Irán y refleja a la vez la inquietud de Ryad por la debilidad del Gobierno yemení.
El régimen saudí apoyó discretamente a las fuerzas yemeníes en su ofensiva contra la revuelta zaidí (rama del chiísmo), lanzado el 11 de agosto. Lo hizo con dinero (1.2 millones de dólares al mes) y con asistencia sobre el terreno. Ello muestra que Yemen es la primera preocupación de Ryad en materia de seguridad. No sólo por la revuelta zaidí sino por el secesionismo del sur de Yemen y la creciente presencia de la red Al Qaeda.
Decepcionado por la debilidad del presidente yemení, Ali Abdallah Saleh, Ryad ha decidido dar una vuelta de tuerca actuando directamente contra Al Qaeda en la provincia fronteriza de Jizane y arremetiendo, con tanques, artillería y fuego aéreo, contra los chiíes -ayer mismo mató a dos mujeres en un bombardeo contra un edificio gubernamental en Chida.
Paralelamente, su campaña es un nuevo paso hacia una guerra fría entre Arabia Saudí y sus aliados, por un lado, e Irán por otro, al que acusan de apoyar logísticamente y con armamento a los rebeldes chiíes.
Ryad elevó ayer aún más el tono a anunció que proseguirá con sus bombardeos hasta lograr un repliegue a decenas de kilómetros de la frontera de la revuelta zaidí.
Irrumpe Al Qaeda
Un portavoz de la sección de Al Qaeda en la Península Arábiga advirtió ayer de la «amenaza chií» y de Irán, a los que acusó de haber facilitado las invasiones de Irak y Afganistán.