La defensa de Yllanes sostiene que la muerte de Laffage no fue premeditada
A las 11.50 de ayer finalizó el juicio que se ha venido celebrando desde el pasado día 2 en Iruñea por la muerte de Nagore Laffage. El abogado defensor de José Diego Yllanes desarrolló durante hora y media ininterrumpida la tesis de que se trató de un «homicidio», porque «no fue una muerte premeditada». El acusado hizo uso de la última palabra para pedir perdón a la familia Laffage, a la suya y a la sociedad.
Iñaki VIGOR
La última jornada del juicio por la muerte de Nagore Laffage contó con un seguimiento de medios de comunicación superior incluso al de jornadas anteriores. «En mis años de ejercicio profesional nunca había presenciado un juicio de tamaña presión mediática», apuntó el letrado Eduardo Ruiz de Erenchun, para pedir luego a los miembros del jurado que «se olviden» de todo lo que hayan podido oír y ver fuera de la sala de vistas.
Tal como había adelantado el día anterior, el defensor de José Diego Yllanes sostuvo que se trató de un homicidio, ya que en la muerte de Laffage no hubo «alevosía» ni «premeditación».
Ruiz de Erenchun expuso que el encuentro de Yllanes con la joven irundarra en la madrugada de aquel 7 de julio de 2008 fue «absolutamente casual» y que su defendido «no tenía ni la más mínima intención de ligar». «Por muy liberales que fueran, me cuesta entender que, tras decir una palabra al oído, se fueran a acostar», añadió.
A su juicio, tampoco está claro que la llamada recibida en el 112 a las 10.04 de ese día la hubiera realizado Nagore Laffage, y planteó la posibilidad de que la hubiera hecho el propio Yllanes para comunicar que la pudo matar como consecuencia de una situación de «angustia y ansiedad». En este sentido, constató que durante la vista oral en ningún momento se ha hecho una prueba para descartar que se trataba de la voz de José Diego Yllanes. La madre de Nagore Laffage se mostró molesta después del juicio por esta afirmación, ya que ella ha oído la cinta varias veces y tiene claro que la voz que pide auxilio es la de su hija y no la de Yllanes.
En su hora y media de intervención, la defensa explicó por qué plantea cuatro atenuantes que servirían para rebajar la pena al acusado. En lo que se refiere a la «reparacion del daño», aclaró que «no hay dinero en el mundo que pueda compensar la muerte de Nagore, porque la vida no tiene precio», pero coincidió con el fiscal en que el Código Penal recoge esta posibilidad.
Respecto a la «atenuante analógica de confesión», explicó que aunque la confesión de Yllanes fue «tardía», sí es «relevante», y añadió que «la única prueba de que estranguló a Nagore es su propia confesión».
En lo que se refiere a la atenuante de «arrebato, obcecación o estado pasional», dijo que Yllanes «interpretó erróneamente los deseos de Nagore», que la joven «pudo pensar que la iba a agredir sexualmente» y que le amenazó con denunciarlo, lo que le provocó al médico siquiatra un «miedo tan intenso que le hizo perder la razón».
En esa línea, la defensa remarcó que Yllanes no ganaba «absolutamente nada» matando a la joven de Irun, sino que «lo pierde todo: dignidad, trabajo, reconocimiento social y amigos».
«Fue una chapuza»
En cuanto a la última atenuante, señaló que ambos jóvenes estaban «influenciados por el alcohol» y que uno de los indicios de ebriedad de Yllanes es el hecho de cortar un dedo a la víctima, que calificó de «chapuza».
También calificó así el hecho de dejar las pertenencias de la joven cerca del cadáver y ocultarlo en un sitio transitado. «Es absurdo, delirante, no tiene el más mínimo sentido», dijo el abogado antes de concluir que Yllanes «se volvió loco» tras darse cuenta de lo ocurrido.
El presunto autor de las muertes que tuvieron lugar el pasado lunes en Irisarri ha sido considerado «capaz de comprender la realidad y lo que ha pasado», por lo que ha sido encausado, según reveló ayer el fiscal adjunto de Baiona, Marc Marié.
Acusado de matar a su esposa M.J.M. y a su suegra M.J.M. el lunes a las 4.00 de la madrugada, las autopsias han confirmado que murieron estranguladas. J.P.M. trató de ahorcarse después de cometer los asesinatos, pero su hijo impidió que lo llevase a cabo.
Una segunda valoración siquiátrica declaró a J.P.M. «capaz» para poder dar su testimonio, por lo el juez de instrucción acudió ayer al hospital de Baiona y le informó que ha sido encausado. La p rimera valoración psiquiátrica que se hizo el día de los actos determinó que su encausamiento era incompatible con su estado de salud mental.
El fiscal adjunto de Baiona declaró que serán necesarias muchas investigaciones y evaluaciones psiquiátricas «para poder entender lo que ocurrió». El representante del Ministerio Fiscal declaró en varias ocasiones que las relaciones que mantenía el acusado tanto con su esposa como con su suegra eran buenas.
La plataforma de la Marcha Mundial de Euskal Herria, de la que forma parte Bilgune Feminista, ha convocado hoy concentraciones en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria para denunciar estas muertes cometidas en Irisarri. El sindicato ELA también se ha unido a la convocatoria, entre otros colectivos.
Por su parte, el Colectivo contra las Violencias Sexistas hará un llamamiento para una protesta el sábado. Este colectivo de Ipar Euskal Herria también ha apoyado las convocatorias al sur del Bidasoa. GARA
A las 17.00 de hoy el magistrado que ha presidido la vista oral entregará el objeto del veredicto al jurado y los once miembros (nueve fijos y dos suplentes) quedarán incomunicados totalmente en el Palacio de Justicia hasta emitir su veredicto. Si concluye la jornada sin hacerlo, serán conducidos por la Policía a un hotel y continuarán mañana.
Una vez emitido el veredicto, se convocará audiencia pública para celebrar una «vistilla» en la que las partes emitirán sus peticiones definitivas en función del delito y de las atenuantes que haya dictaminado el jurado. El magistrado está obligado a dictar la sentencia en función de todo ello. I. V.