Siete comerciantes del Mercado de La Ribera de Bilbo deberán abandonar sus puestos el próximo día 21 en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), que avala la decisión del Consistorio bilbaino de dar por expirado el plazo de concesión. La resolución es firme y contra ella no cabe recurso.

Sin embargo, afectados y Bihotzean, la asociación de vecinos del Casco Viejo de Bilbo consideran que si hay voluntad este conflicto se puede reconducir para evitar que siete familias pierdan su sustento en plena crisis. Con ese objetivo y con el refrendo de la federación de asociaciones vecinales de Bilbo, Bihotzean hizo un llamamiento a los 60 comerciantes que están en la misma situación que los afectados por la inminente orden de desalojo a una reunión a la que llaman también a partidos políticos de la oposición y del propio Gobierno municipal.

Javier Rodríguez, en representación de Bihotzean, consideró que el Ayuntamiento está aplicando «un escarmiento» en el marco de un viejo litigio en el que esos siete comerciantes han plantado cara al gabinete de Azkuna en defensa de sus intereses. Explicó, asimismo, que el deshaucio de siete puestos está ligado al proyecto de reforma del Mercado de la Ribera, que calificó como «el relato de un sainete, que se convierte en tragedia con siete familias deshauciadas en plena crisis» y destacó que en este proceso «quien no es expulsado se va harto de la situación».

De hecho, desde Bihotzean se subrayó que desconocen aún qué proyecto tiene el Consistorio para el mercado y dejaron constancia de que persisten las sospechas de que detrás de las reformas hay «un pelotazo» que en nada tiene que ver con su tradicional carácter de mercado de productos frescos cercano al ciudadano, que han defendido tanto la asociación de federación de consumidores, como el sindicato agroganadero EHNE.

De hecho, la federación de asociaciones vecinales pidió una moratoria hasta conocer el proyecto, que se elabore un proyecto viable en el que todos los comerciantes puedan seguir con su actividad y que los locales que no ocupe la actividad mercantil tengan un fin social.