El mundo del remonte celebra hoy el centenario de la inauguración del viejo frontón Euskal Jai de Iruñea, que supuso a su vez el nacimiento de esta modalidad como actividad profesional. Para esta ocasión, el Euskal acogerá desde las 16.30 un festival especial con todas las figuras del remonte actual, ataviadas con camisetas evocativas de los primeros años del siglo XX.

El viejo caserón de la capital navarra, hoy en día inexistente, acogió al primer cuadro de profesionales y ofreció partidos desde su inauguración, el 24 de enero de 1909, hasta el 14 de diciembre de diciembre de 1977, fecha en la que cedió el testigo al actual frontón de Uharte.

La función de hoy estará cargada de alicientes, en especial, por dos estelares que aglutinarán a lo más granado entre los remontistas actuales. El plato fuerte enfrentará a Ezkurra-San Miguel con Zeberio II-Urrutia, es decir, a los considerados cuatro mejores remontistas del momento. El segundo estelar dará cabida a las otras cuatro figuras del cuadro: Urriza-Lizaso contra Altuna II-Etxeberria III. Entre los ocho han ganado 14 finales del Individual y 13 del Parejas.

Recuerdos de un tiempo mejor

Reunidos esta semana en el nuevo Euskal Jai, Francisco Mateo, Pedro Juan Urrutia y José Luis Recalde, tres remontistas que participaron en el último festival del viejo recinto, han recordado algunas curiosidades de aquel frontón.

«Era un frontón con unas características excelentes. El suelo era de losa, y el frontis era buenísimo, muy vivo. Nosotros jugábamos en San Sebastián y en Pamplona, y decíamos que veníamos al Euskal a descansar, en el sentido de que costaba menos trabajo meter el tanto. Si metías la pelota en el ángulo, no salía de la pared», recuerda Pedro Urrutia, ex delantero de Irurita que actualmente tiene 61 años y trabaja como comercial.

Francisco Mateo, de 74 años, natural de Galipentzu y que jugaba como zaguero en la época, siente cierta nostalgia al rememorar aquellos años: «Por entonces, ir al remonte era como ir al fútbol ahora, los partidos levantaban muchísima expectación. Se llegó a jugar incluso seis días a la semana, y todos, con el frontón muy concurrido. En los días de incienso (los días con alguna festividad religiosa), había que abrir las ventanas porque se formaba tal cantidad de humo que no veías un pelo».

Por último, el ex delantero de Lantz José Luis Recalde, lamenta la situación que atraviesa la modalidad: «Ahora nos toca lamentarnos porque el Euskal viejo no está, ya que su ubicación hoy sería perfecta. Yo llevo trabajando 18 años y medio como corredor y sé de lo que hablo. Antes se desplazaban a Huarte cuadrillas enteras y jugaban dinero, pero ahora eso sería impensable porque los jóvenes no mueven ese dinero, se meten en un piso... Está también el problema de los controles de alcoholemia».