DECLARACIÓN DE VOLUNTAD DE LA IZQUIERDA ABERTZALE
La izquierda abertzale se compromete con un proceso pacífico y democrático
La apuesta de la izquierda abertzale por un proceso democrático y pacífico fue escenificada ayer al más alto nivel, tanto cualitativo como cuantitativo. Una declaración de «principios y voluntad» de tres folios detalla sus compromisos, y más de 110 personas muy referenciales com- parecieron juntas en Altsasu para hacer suyo el documento. Remarcan que la prioridad es «superar el escenario de enfrentamiento armado».
Ramón SOLA |
La escenografía del acto celebrado ayer al mediodía en Altsasu confirmaba que se trataba de una declaración muy especial. Para empezar, por su dimensión: esta vez, comparecientes y periodistas debieron intercambiar sus posiciones, ya que los primeros eran más que los segundos. Más de 110 representantes de la izquierda abertzale, de diferentes ámbitos, edades y procedencias, ocuparon de arriba abajo las gradas de Iortia Kultur Etxea, mientras los periodistas tomaban notas desde el escenario. No sólo la forma era especial, sino también el fondo: una declaración de tres folios en la que la izquierda abertzale certifica con claridad y detalle cuáles sus «principios y voluntad».
La cita reunió a personas con trayectorias diversas, a las que une su militancia en la izquierda abertzale y ahora, además, su adhesión a estos principios. Su mensaje se puede resumir en el último párrafo: «Nos reafirmamos en nuestra posición sin reservas con un proceso político pacífico y democrático, para lograr una democracia inclusiva donde el pueblo vasco, libre y sin intimidación de ningún tipo, determine libremente su futuro».
La declaración refunde diagnósticos, ideas y compromisos que han venido saliendo a la luz en el último año en entrevistas o declaraciones de líderes de la izquierda abertzale -algunos de ellos encarcelados ahora- y que han tomado cuerpo en el documento de debate de Batasuna. Pero se añaden otras cuestiones que suponen un nuevo paso adelante y tienen notables resonancias internacionales.
«Principios Mitchell»
Así, destaca el acento puesto en la apuesta por un proceso democrático que siga la senda de los desarrollados en Irlanda o Sudáfrica. Y también la disposición a asumir, en un proceso de diálogo, los principios del senador Mitchell, que allanaron el camino al acuerdo resolutivo en el norte de Irlanda.
Estos principios comprome- tían a las partes a usar medios democráticos y exclusivamente pacíficos para resolver cuestiones políticas y explicitaban la renuncia a usar la fuerza para influir en el proceso. Aunque están redactados exclusivamente para el proceso irlandés, algunos de esos criterios pueden ser válidos como guía para resolver conflictos como el vasco. Siempre sobre la premisa de que se trata de un método destinado a «resolver cuestiones políticas», según reza el primer principio.
En la línea marcada en el documento de debate interno de Batasuna que sigue su curso, los comparecientes remarcaron que «somos un movimiento político al que el tiempo ha dado la razón», pero lamentaron que la violencia y el enfrentamiento armado se hayan prolongado «mucho más allá de lo que nadie debiera desear», por lo que califican su superación como algo «prioritario». Se trata, en suma, de «hacer irreversible el cambio político» a través de una herramienta: el denominado «proceso democrático».
La izquierda abertzale subraya que su decisión es unilateral, aunque para su desarrollo se requerirán «acuerdos bilaterales o multilaterales». Pero se deja muy claro que «no se trata de conocer o esperar a lo que el resto de agentes están dispuestos a hacer, sino aquello que nosotros y nosotras debemos y tenemos que hacer. La nueva fase necesita de nuevas estrategias, políticas de alianzas e instrumentos».
Expresada su voluntad, la izquierda abertzale fija por escrito siete principios que asume y que traslada a la comunidad vasca e internacional. Destaca el primero, que afirma que «la voluntad popular expresada por vías pacíficas y democráticas se constituye en la única referencia del proceso democrático de solución, tanto para confiar en su puesta en marcha y su óptimo desarrollo como para alcanzar los acuerdos que deberá refrendar la propia ciudadanía. La izquierda abertzale, como debieran hacer el resto de agentes, se compromete solemnemente a respetar en cada fase del proceso las decisiones que, libre, pacífica y democráticamente, vayan adoptando los ciudadanos y ciudadanas vascas».
El sexto punto establece que «el proceso democrático tiene que desarrollarse en ausencia total de violencia y sin injerencias». Y el séptimo aboga por un proceso de diálogo y acuerdo multipartito en el país y por otro de negociación ETA-Estado sobre estas cuestiones: desmilitarización del país, liberación de presos políticos, retorno de exiliados y «tratamiento justo y equitativo al conjunto de víctimas del conflicto».
Electos, ex presos, abogados...
Aparte del contenido del documento, la rueda de prensa supuso un salto evidente también por la fotografía ofrecida. Si hasta ahora estas reflexiones habían sido expresadas desde perspectivas individuales o en pequeñas comparecencias, ayer fueron más de 110 los representantes de la izquierda abertzale que quisieron dar su apoyo al texto, componiendo una imagen nunca vista detrás de una apuesta de este tipo.
Por citar algunos nombres que pueden resumir la pluralidad de los reunidos en Altsasu, junto a Txelui Moreno e Itziar Lopategi -que ejercieron de portavoces- se sentaron Rufi Etxeberria, Itziar Aizpurua, Maite Fernández Labastida, Mariné Pueyo, Karmele Aierbe o Tasio Erkizia. Acudieron numerosos ex presos con muchos años en la cárcel, como Bixente Goikoetxea, Itziar Galardi, Begoña Sagarzazu, Juankar Ioldi o Joxean Agirre; veteranos como Periko Solabarrieta, Julen Kaltzada, Txomin Ziluaga o Anjel Alkalde; abogados como Iñigo Iruin, Adolfo Araiz, Urko Aiartza o Kepa Landa; electos y ex electos tan conocidos como Ino Galparsoro, Xabier Zubizarreta, Iñigo Balda, Loren Arkotxa o Marian Beitialarrangoitia; jóvenes como Unai Berrostegieta o Aitziber Pérez; deportistas como Endika Guarrotxena y Juan Manuel Eratsun...
Tampoco faltaron ni necesitan presentación Floren Aoiz, Sotero Etxandi, Iñaki Olalde, Joxe Agustin Arrieta, Kepa Bereziartua, Sabino Cuadra, Rakel Peña, Ane Auzmendi, Maitane Intxaurraga, Gabi Basañez, Mati Iturralde, Antxon Morcillo, Iñaki Antiguedad, Santi Hernando, Amparo Lasheras, Jaime Iribarren, Santi Lorente, Asier Imaz...
El eco de la declaración de la izquierda abertzale llegó hasta la jornada sobre resolución de conflictos y rocesos de paz que se celebraba en Venecia. Allí, el experto sudafricano Brian Currin fue uno de los que escuchó de primera mano el texto presentado en Altsasu, ya que la abogada Jone Gorizelaia se encargó de darle lectura. En la reunión también participaba el miembro del Sinn Féin Raymond McCartney o representantes del Kurdistán. Tras escucharlo, Currin consideró que el movimiento de la izquierda abertzale es «significativo e innovador» y reclamó a los gobiernos de la Unión Europea que «aplaudan» la iniciativa. En concreto, se dirigió a gobiernos como los de Irlanda, Reino Unido, Alemania o Estado francés para pedirles que se impliquen en la resolución del conflicto vasco aprovechando esa posición de la izquierda abertzale.
Al Estado español, por su parte, le pidió que valore la propuesta de forma «positiva». En su opinión, Madrid se siente «cómodo» en la actual situación de confrontación armada ya que ha apostado por las vías policiales y ha logrado resultados contra ETA.
El experto sudafricano mencionó también a esta organización y le pidió que declare un alto el fuego. Por lo que respecta al Gobierno del PSOE, declaró que tras el compromiso con las vías democráticas explicitado por la izquierda abertzale, debe de facilitar unos mínimos democráticos para que el movimiento independentista trabaje con libertad.
En este sentido, reclamó que la Ley de Partidos sea derogada. Según recordó, uno de los factores que imposibilitó que el último proceso de negociaciones llegara a buen puerto fue la situación de ilegalización de la izquierda abertzale, ya que hacía que las reuniones no se pudieran llevar a cabo con normalidad. Como prueba de ello citó el juicio que sentó en el banquillo a Juan José Ibarretxe, Patxi López, Rodolfo Ares y cinco miembros de la izquierda abertzale. GARA