La selección de Bosnia ha sido uno de los combinados nacionales que más ha crecido en los últimos años. La aparición de nuevos talentos como Ibisevic, Ibricic, Pjanic y, sobre todo, Edin Dzeko, se ha unido a la buena pero aislada generación de futbolistas que conformaban Hasagic, Spahic, Bajramovic, Rahimic, Misimovic o Muslimovic. Todos ellos forman la columna vertebral de una selección que aspira a conseguir su primera clasificación para un Mundial tres lustros después de alcanzar su independencia.

Desde el banquillo, el artífice del éxito está siendo el croata Miroslav Blazevic. El veterano técnico, que consiguió el tercer puesto con la ajedrezada en el Mundial de 1998, sustituyó al ex realita Meho Kodro en el cargo. Poco a poco ha sabido ensamblar un grupo con fuerte pegada que ha superado sus debilidades defensivas. Y es que la retaguardia es precisamente su parcela más floja, una zona en la que apenas cuenta con ningún jugador que actúe en las grandes ligas.

Esta noche, a partir de las 20.45, el Estadio de Zenica será una auténtica caldera animando a Bosnia. Un país que, también en el apartado futbolístico, se ha visto obligado a caminar a la sombra de las otras antiguas repúblicas yugoslavas. De hecho, hasta la irrupción de Muslimovic o el talentoso Dzeko, los nombres de futbolistas bosnios con trascendencia en el fútbol continental eran muy escasos. El ex jugador del Celta Vlado Gudelj, el ex realista Meho Kodro, el ex madridista Elvir Baljic o el juventino Hasan Salihamidzic han sido los principales estiletes de la selección liljani.

El juego que desplegaron el pasado sábado en Lisboa, donde estamparon varios balones en los palos, les obliga a ser optimistas. Más aún cuando Portugal no puede contar con Cristiano Ronaldo en sus filas. En el cuadro de la flor de lis, la principal novedad podría ser el debut de Haris Medunjanin, hijo de exiliados afincados en Holanda y que ha destacado con varios goles en el Valladolid.

Francia, a sentenciar

En cuanto a los otros choques de la zona europea, la selección francesa es quien, a priori, mejor parece tenerlo. Los bleus ganaron a Irlanda en Croke Park (0-1) y deberán sentenciar hoy, a las 21.00, en Saint Denis. Pocos esperan el error, pero precedentes como la derrota ante Bulgaria en 1993 y la victoria de Escocia hace dos años en París hacen que el cuadro del trébol aún albergue esperanzas. A Domenech se le acumulan los problemas debido a las lesiones de Abidal y Diaby. Ambos han abandonado la concentración.

Eslovenia, por su parte, tampoco ha arrojado la toalla. El conjunto verde perdió por dos a uno en Rusia y mantiene intactas sus esperanzas. El postrero tanto de Pecknik, futbolista del Nacional de Madeira, dejo la eliminatoria sumamente abierta. Los de Hiddink siguen siendo favoritos, pero un único gol valdría al combinado de Matjaz Kek para conseguir el pasaporte para una segunda participación mundialista. Finalmente, Grecia deberá conseguir la victoria o un empate a más de un gol en su visita a Ucrania. El frío jugará a favor del combinado de Andrei Shevchenko.

Máxima tensión en Sudán

En África tan sólo queda una plaza por repartir. La victoria de Egipto por dos a cero a Argelia en El Cairo ha obligado a ambas selecciones a tener que disputar un choque de desempate en territorio neutral. El país elegido ha sido Sudán, pero la tensión no ha amainado.

La pasada semana, la selección argelina fue agredida a su llegada a la capital egipcia y en los últimos días, la oficina de las aerolíneas egipcias ha sido atacada en Argelia.

En Sudán, el despliegue policial es impresionante, tanto que las autoridades locales han movilizado a 15.000 agentes para encargarse de la seguridad del encuentro.

En América, Uruguay se encuentra a un paso de lograr volver a un Mundial. Los charrúas vencieron por cero a uno en su visita a Costa Rica y deberán rematar la faena en un abarrotado Estadio Centenario.