Los unionistas (en realidad imperialistas disfrazados de normalidad) pretenden que los signos que más han entusiasmado al españoleo impositivo vuelvan por donde solían hasta que la resistencia popular los echó. Traigan a su selección, denle la vuelta a Euskal Herria tras salir de España. Háganlo a sabiendas de que todo el mundo les verá como invasores. Y como tales, repudiados.