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ANÁLISIS Crisis en el seno de Bizkaia Bilbao Basket

¿Qué me pasa, doctor?

Un calendario más difícil de lo esperado, la sorprendente desaparición de Moiso y las lesiones de Warren han lastrado el arranque de los hombres de negro justo cuando esta campaña ha sido la elegida para dar el salto cualitativo y apuntar al vagón de los equipos de Euroliga. Bilbao Basket ha olvidado su fiabilidad. Hasta la remontada frente al Donetsk desnudó tamaña inestabilidad. ¿Síndrome La Casilla? Desde luego, como no gane hoy...

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Arnaitz GORRITI

Lo que tenemos que hacer es dar un paso adelante y cambiar nuestra mentalidad y ponernos a jugar a baloncesto y olvidarnos ya de esa historia que se ha creado en nuestro entorno este verano». Txus Vidorreta sabe cuándo echar balones fuera y cuándo hablar claro, y tras la quinta derrota consecutiva en la presente Liga ACB habló de modo que se le entendiera bien. «¿Qué me pasa, doctor?», podría preguntar la entidad bilbaina.

Tras dos años jugando play offs, el club presidido por Xabier Jon Davalillo y la familia Arrinda debiera estar viviendo sus días más ilusionantes. Da el salto al Bizkaia Arena dejando atrás La Casilla mientras Miribilla se vuelve realidad; regresa a Europa con intención de hacerse con la Eurocup -el año pasado la competición se reveló al alcance cuando ya el Khimky lo había eliminado- y organiza la Copa este febrero; sumado a la apuesta por la Diputación de Bizkaia más su incansable capacidad de buscar patrocinios y colaboraciones -o mantener la del Ayuntamiento de Bilbo, que amenazó con «cortar el grifo» de irse de La Casilla-, aspecto donde el ex jugador Pedja Savovic se está destapando como todo un tiburón. Pero la realidad deportiva está enseñando su parte más cruel.

Granada supuso un estreno exitoso, y Donetsk el primer bofetón. A partir de ahí, los hombres de Txus Vidorreta se han enterado de las virtudes de los rivales. Los diez mejores minutos de Caja Laboral Baskonia, el Real Madrid más dominante del lustro, un Fuenlabrada tocado por mano divina, un Manresa jaleado por su público y un Cajasol en ascenso que desnudó las carencias de juego y mentalidad de este Bilbao Basket con pies de barro.

La propia remontada contra el Donetsk, después de desperdiciar más de 20 puntos de ventaja, muestran la desconocida inestabilidad de un Bilbao Basket que en las dos últimas temporadas ha sido, ante todo, fiable. ¿Síndrome La Casilla? Y, para postre, media plantilla ha pasado la gripe A. Si es que a perro flaco...

Pero preocupa más la desaparición de los referentes. Jerome Moiso demostró ante Granada que si quiere, puede. ¿Y cuántas veces más ha querido? Nadie puede echarle en cara falta de profesionalidad al pívot galo, pero su mengua de minutos e importancia asombra e indigna a cada vez más. Vidorreta, aun así, lo pone de titular, pero en Sevilla no duró ni diez minutos y hasta el checo Hampl jugó. ¿Aviso a navegantes? ¿Pero sólo a Moiso?

Banic empezó mal, echando de menos los espacios que precisa Moiso, y es a quien más ha beneficiado su bajón, pero no basta. Markota sigue a diez metros del aro, para donde se acerca sólo a rebotear, pero ya no las mete, y Guardia... parece que al fin nota el paso de los años. Y si por dentro las cosas van mal, por fuera van peor.

Chris Warren, ese líder que quiere y puede tirar del carro, sufre lesión tras lesión; y Conley no es más que un parche. Javi Salgado vuelve a ser titular porque, sin Warren, es de los pocos que se la juegan, junto con Mumbrú. Pero entre los retales que se han convertido Blums, Vázquez y Seibutis no sale uno decente, por mucho que haya mimbres. Igual con ganar hoy se haya curado. Pero como no gane...

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