Cumbre europea sobre evaluación de riesgos laborales
«No hay que ser técnico de la NASA para hacer y cumplir la evaluación de riesgos»
Presentó ayer datos muy generales de la macroencuesta, que ha tenido un coste de 2,6 millones, porque todavía están explorando los mismos. Entre enero y marzo, se conocerán al detalle sus conclusiones. Para él, «es inaceptable que no se realice la evaluación de riesgos en las empresas, porque es la primera respuesta que hay que dar a los accidentes y enfermedades».
¿Qué conclusión se puede extraer de veinte años de Directiva de Prevención de Riesgos Laborales unida a la evaluación de riesgos?
En 20 años de la Directiva marco ha habido mucho progreso, en la mayoría de los lugares se lleva a cabo o una evaluación de riesgos o algún tipo de control. Se lleva a cabo en muchos centros, pero tenemos la preocupación sobre la calidad de las evaluaciones, sobre todo, cuando se externaliza. Ha aumentado la concienciación, pero queda mucho por hacer, sobre todo en las pyme.
¿La evaluación es responsabilidad de la empresa?
Sí. La responsabilidad legal está claro que es de la empresa, al mismo tiempo, según indica la directiva, los trabajadores tienen que colaborar. Pero la evaluación tiene que cubrir todos los riesgos, a veces no se tienen en cuenta los aspectos sicosociales ni la organización del trabajo, ni los transtornos musculoesqueléticos, que sabemos que tienen un componente físico y un componente muy importante en cuanto a la organización del trabajo. Si no prestamos atención a todos ellos, no estamos atajando las causas de los riesgos en las empresas. Es así de claro.
¿Aunque los datos no están cerrados, se puede decir que entre el 80% y el 85% de las empresas cumple la evaluación a nivel general?
O hace la evaluación, o hace algún control similar, que no es una evaluación completa y documentada. Hay mayor concienciación, pero no existe ninguna razón para dormirse. Porque no hemos incluido a las microempresas en la encuesta por razón de coste, y es donde hay razones para pensar que están los mayores problemas. También es una encuesta genérica, si se viera estado por estado tendríamos datos más precisos.
Veinte años después de la Directiva, ¿cómo puede ser que haya empresas que no conozcan sus riesgos para prevenir accidentes o enfermedades?
En los 27 Estados no se han transpuesto la directiva a la vez, pero es cierto que no se puede aceptar que haya empresas sin evaluación de riesgos documentada. No se puede tolerar, porque la evaluación es la primera respuesta a los accidentes y a las enfermedades laborales. Es cierto. No nos podemos dormir en este tema.
En el Estado español, entre un tercio y la la mitad de las empresas no tiene realizada ese control de riesgos.
Es inaceptable.
¿Cuáles son las causas para no hacer la evaluación de riesgos?
No es tanto la complejidad. Sobre todo, las pyme señalan que no tienen un problema serio. Te hacen preguntarte si es así o, en realidad, no son conscientes de la gravedad de la situación. Es extraño pensar que las grandes empresas sí tienen problemas y las pequeñas no. No obstante, hay que tener en cuenta que las pyme son un grupo muy heterogéneo y con realidades diversas.
¿Tan difícil es hacer la evaluación?
No necesitas ser un ingeniero de la NASA para evaluar los riesgos básicos en una peluquería o en tu empresa. Si, en realidad, te encuentras con un problema que no puedes resolver, sí que puedes contratar una ayuda externa.
¿Hay una despreocupación de los empresarios?
En parte es una cuestión cultural, lo mismo que ocurre con el cinturón de seguridad o el arnés cuando estás en un andamio. Es una cuestión de sensibilización y de cultura por parte de los empresarios y, también, de los trabajadores. Hasta que no haya una sensibilización y no se mida el daño que hace a las empresas, se desconocerá. En la empresa no se ve lo que no se mide. Esa es una clave.
Está en juego la vida de las personas.
La primera razón es ética. No se debe permitir el daño a los trabajadores, la segunda razón es legal.
J. BASTERRA