La respuesta del Ararteko a la queja presenta por Pirritx eta Porrotx que se hizo pública ayer es contundente. En las conclusiones señala que «no resulta admisible la exclusión de profesionales que cumplan los requisitos legales por las ideas, actuaciones y comportamientos como ciudadanos». Así, recordando la discrecionalidad de la que dispone, insta al Ayuntamiento de Bilbo a que sólo debe considerar «los criterios que tengan que ver con el contenido propio» de las propuestas artísticas.

El informe responde a la vía emprendida por los payasos después de que el 25 de junio el alcalde, Iñaki Azkuna, informara de que Pirritx eta Porrotx no iban a ser contratados por el Consistorio y dejaba sin efecto el acuerdo de una actuación ya prevista. La argumentación de Azkuna, según se recoge en el informe, apuntaba a que «trabajan con niños, faceta en la que el atender a criterios éticos y morales y al escrupuloso respeto a los modos democráticos de actuación, no solo es necesario, sino esencial». E iba más allá: «Es evidente que tras el disfraz de payaso existen unas connotaciones políticas». La respuesta de Iñigo Lamarka no puede ser más clara, al asegurar que la contratación tiene que ser valorada en función «exclusivamente» de su faceta como payasos. Así, incidiendo en su trayectoria «como artistas que trabajan con niños y niñas», valora que, en función de los contenidos, no hay menosprecio a los derechos humanos, «sino, por el contrario, la promoción de valores de respeto de los mismos».

Además, aunque entre las consideraciones señala la discrecionalidad de la Administración, señala que sus decisiones deben respetar los principios de legalidad, entre los que incluye los derechos fundamentales a la no discriminación, a la libertad ideológica y a la libertad de expresión. Por ello, apunta que «la discrecionalidad nunca puede llevar al ejercicio arbitrario de las potestades administrativas». Asimismo, apunta a que no es admisible que en vez del contenido, se valoren otros «parámetros relacionados con las actitudes de las personas, en cuanto individuos, en ámbitos ajenos al espectáculo que se contrata». Un informe aún más relevante teniendo en cuenta las repetidas anulaciones y críticas que han recibido los payasos Pirritx eta Porrotx.