El reparto de las carteras de la Comisión desata otra lucha por el poder en la UE
La lucha por el reparto de las carteras más jugosas e importantes de la Comisión Europea llega a su recta final. Los estados miembros de la Unión Europea han aumentado su presión sobre Durao Barroso, toda vez que los Veintisiete ya han designado a sus candidatos a comisario europeo. En público o en privado, todos miran a su propio interés y Barroso no es precisamente alguien que pueda imponer el interés general sobre los «grandes».
Josu JUARISTI
Todos los estados han notificado ya al presidente José Manuel Durao Barroso sus candidatos a comisario europeo (incluimos lista y grupo político en el despiece). De nuevo, será una Comisión de 27 miembros, pese a que el Tratado de Lisboa preveía un equipo reducido y más operativo. Pero la negociación con Irlanda para que el Tratado fuera aprobado en un segundo referéndum dejó las cosas como estaban; un sólo Estado fue capaz de provocar la reforma de un punto clave del texto de Lisboa y, de paso, enterró el sistema vigente de reforma de los tratados vía Conferencia Intergubernamental. De modo que el reelegido Durao Barroso, que ocupa la plaza de Portugal, tendrá, de nuevo, 26 acompañantes.
Así pues, es la hora de las presiones estatales para ocupar los mejores puestos. Poco importa que eso sea prerogativa de Barroso. Los estados, al menos los más poderosos, comunican al presidente de la Comisión (directamente o a través de los medios) sus preferencias, tratando de marcar el territorio o su poder de influencia. Huelga decir que la Comisión, en teoría, no representa a los estados, pero es más que obvio que el puesto de comisario continúa siendo considerado (al este y al oeste de la Unión) como la principal posición estatal en esta institución comunitaria.
Llega la CDU, 20 años después
Como dato reseñable, una novedad que quizás sorprenda a muchos: tras 20 años de ausencia, la CDU de Angela Merkel vuelve a la Comisión, con el polémico Günther Öttinger. Está por ver el alcance que Berlín quiere dar a esta decisión y cómo afecta al rumbo de la Comisión.
Desequilibrio
Su composición debería reflejar, de nuevo teóricamente, la correlación de fuerzas surgida de las elecciones al Parlamento Europeo, el cual puede rechazarlo en votación plenaria tras examinar a los comisarios nominados por los estados. Sin embargo, lo remitido por cada Estado refleja que 13 serán miembros del Partido Popular Europeo (EPP, vencedor en junio), 8 del Grupo Liberal y sólo 6 del Partido de los Socialistas Europeos (PES), a pesar de que estos últimos fueron la segunda fuerza más votada. Pero en los gobiernos la mayoría de la derecha es abrumadora, y eso tiene consecuencias tanto en los puestos como en el giro ideológico que está sufriendo la integración europea.
En cualquier caso, es probable que el Partido de los Socialistas Europeos aproveche el desequilibrio en el número de comisarios para exigir, como ha hecho ya su líder Martin Schulz, carteras importantes para los socialdemócratas.
Una mujer más
Lo que se conoce ya como «Barroso II» contará, finalmente, con una mujer más que su anterior equipo (nueve ahora por ocho antes). Las presiones de última hora dieron resultado y buena parte de los siete socios que quedaban por designar a sus comisarios optaron por enviar mujeres.
Por otra parte, está claro que es un equipo de continuidad, ya que hasta 14 comisarios y comisarias repetirán en el cargo, como puede apreciarse en la lista adjunta. De todas formas, José Manuel Durao Barroso ya ha anunciado que muchos de los «veteranos» cambiarán de «ministerio». Como nota curiosa, en este segundo colegio de comisarios presidido por el político portugués entrará Michel Barnier, que ya sirvió con el italiano Romano Prodi (1999-2004).
Nuevas carteras
Las presiones de los grupos parlamentarios para aceptar la reelección de Barroso tuvieron como consecuencia que éste se viera obligado a aceptar la creación de varias carteras nuevas. El pasado martes confirmó la creación de la cartera de Cambio Climático, como le exigía Dinamarca. Y ya estaba confirmada la de Energía y la división en dos de la de Justicia, Libertad y Seguridad, que se desgaja en Justicia, Derechos Fundamentales y Libertades Civiles por una parte, y en Asuntos de Interior e Inmigración por otra.
El primer ministro danés, por ejemplo, ha declarado públicamente que espera que su comisaria designada ocupe la responsabilidad de un nuevo «ministerio», el de Clima.
Reparto de poder
Ahora, Barroso debe decidir dónde coloca a cada cual. El político conservador portugués tiene que contentar tanto a los estados miembros como al Parlamento pero, sobre todo, debe satisfacer a los «grandes», que son los que pueden garantizarle un mandato tranquilo o cinco años de sufrimiento.
Y la elección es complicada porque algunas carteras son muy poderosas (como las de Comercio, Mercado Interior, Asuntos Económicos y Monetarios, por ejemplo) y otras de mucha menor relevancia, como la de Comunicación (luego depende del comisario o comisaria de turno y de su equipo hacerla crecer, o viceversa).
Y todo se complica aún más porque, para contentar a Alemania y Francia sin molestar mucho a Gran Bretaña (que ya tiene el suyo adjudicado, con Ashton en Relaciones Internacionales), es muy posible que algunas carteras ganen o pierdan algunas competencias específicas. Por ejemplo, en los pasillos se asegura que la cartera de Mercado Interior (que sería para Barnier) perderá el apartado de servicios financieros para que la City londinense no se enfade.
En cuanto a muchos de los socios centroeuropeos que ingresaron en la Unión en mayo de 2004, las últimas noticias apuntan a que la mayoría está pujando por los «ministerios» de Energía o de Ampliación.
La solicitud de ambas carteras debe ser leída en clave regional, porque muchos de los gobiernos centroeuropeos que las piden (sobre todo Eslovaquia y Bulgaria) lo que buscan en realidad es presentarse ante sus opiniones públicas como si fueran una especie de contrapeso del factor político y energético ruso. Este segundo elemento y el control que puede ejercer Moscú sobre él sigue causando pavor en muchas capitales comunitarias. De hecho, Sofía ya ha advertido de que teme una nueva crisis del gas, como la registrada el invierno pasado.
Plazos
Se espera que Barroso anuncie el reparto de responsabilidades en algún momento de la próxima semana. El equipo tendrá entonces varias semanas para preparar el examen ante el Parlamento (a partir del 11 de enero). La votación será hacia el 20 y, si es ratificada, comenzará a funcionar en febrero. Pero ojo, muchos diputados están ansiosos por probar sus poderes.