Hace años mataron a mi hijo en la mili, cuando la vida de un joven soldado no valía nada. Sus últimas palabras fueron: «Dile a mi madre...».

Hace año y medio asesinaron a Nagore en estos tiempos en los que, para algunos, la vida de las mujeres vale bien poco.

Antes y ahora, a los que están por encima nuestro no les basta con querer quitarnos nuestra dignidad, sino que nos matan a nuestros hijos e hijas. No saben que es como si nos arrancaran nuestras entrañas y nos hicieran un agujero que no se cierra nunca, ni se olvida nunca.

Quiero dedicar la belleza de este poema que un día escribieron para mí a todas la madres de la Tierra y muy especialmente a la madre de Nagore.

«Dile a mi madre...»/ fueron sus últimas palabras./ ¿Qué desea decir a su madre un hijo/ que siente la muerte tan cercana?/ «Dile a mi madre...»/ es suficiente para saber/ que su ser/ se había encontrado/ en tu ser./ Su alma ante la muerte/ quiso decirte/ que ya no había suerte/ ni destino que pudiera quebrar/ su camino./ Él llegó a saber quién era/ porque jamás perdió tu referencia./ Hay seres condenados/ a pasar la vida entera/ buscándose a sí mismos/ y nunca jamás se encuentran./ Tal vez no tuvieron una madre/ tan íntegra,/ tan fuerte,/ tan bella.