La celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer sirvió ayer para que miles de personas se movilizaran de forma activa contra las agresiones sexistas. Además de las concentraciones y manifestaciones de denuncia, también se organizaron en diferentes puntos de la geografía vasca charlas alrededor de la coeducación, cursos de autodefensa y otras iniciativas encaminadas a llamar la atención sobre las múltiples aristas que ofrece esta lacra social, todavía muy vigente en pleno siglo XXI.

La jornada, en la que se multiplicaron los mensajes públicos de repulsa, sirvió igualmente para sembrar una profunda reflexión sobre la urgente necesidad de construir un nuevo modelo social basado en la igualdad entre mujeres y hombres. Una construcción que pasa por los actos de contundente repulsa contra las agresiones más flagrantes, pero también por una actitud cotidiana de vigilancia contra todo viso de actitud machista, por pequeño que parezca.

Es imprescindible que cada cual, desde su ámbito personal y social, en la educación, en el trabajo, en la sanidad, en los medios de comunicación... sume su esfuerzo al proyecto común de cambiar una sociedad que, hoy por hoy, está infestada de riesgos para la mujer, simplemente por el hecho de serlo. Hay un largo camino por recorrer y muchos muros por derribar.