Crónica | Conferencia europea
Las empresas gasistas de Europa miran hacia el Este
Las empresas gasistas de Europa se comprometen a garantizar el suministro de gas, para evitar que la caída de la demanda avance. Sostienen que el suministro llegará a través del gaseoducto Nabucco, que entrará en funcionamiento en 2014, si en 2010 tiene la suficiente demanda para iniciar su construcción.
Juanjo BASTERRA
Si en la jornada inaugural, EDP, propietaria de Naturgas Energía, e Iberdrola se quejaron de que la península Ibérica es una isla en el transporte del gas dentro de Europa y que no existe un mercado único, el cierre de la vigésimocuarta Conferencia Europea de Otoño sobre el Gas (EAGC) demostró que las principales empresas miran al gaseoducto Nabucco como la única alternativa viable al gas ruso para garantizar el suministro en caso de problemas. El responsable de RWE Transgas, Martin Herrmann, explicó que esa vía es más rentable, sin mencionar la entrada de gas desde Argelia aunque explicó que Europa occidental no sufrió las restricciones ante el conflicto que vivieron a inicio de año Rusia y Ucrania, que dejó sin suministro a una parte importante de Europa oriental.
Los representantes de las compañías gasistas más importantes del mundo que se citaron en el BEC de Barakaldo concluyeron ayer con la necesidad de reponer la confianza en el gas natural y recordaron que la prioridad se centra en la garantía de suministro, porque, de lo contrario, la demanda seguirá bajando «lo que hará imposible que la rentabilidad de las inversiones se mantengan por mucho tiempo», según explicó el responsable de la conferencia europea, James Ball.
Edward Sauvage, responsable de Distribución de GDF-Suez, recordó que la baja actividad económica ha provocado «la mayor caída del gas desde la Segunda Guerra Mundial» y aseguró que, pese a que se está indicando que salimos de la crisis económica, «todavía hay mucha incertidumbre» y «falta de crédito» para llevar adelante «muchos proyectos, que se están retrasando». Para esta multinacional, la respuesta a futuro pasa por «tener actores más grandes» y por establecer interconexiones entre países para evitar que una crisis como la ocurrida entre Rusia y Ucrania genere «el apagón gasista en una parte muy importante de la UE».
Gaseoducto Nabucco
Martin Herrmann, director general de RWE Transgas de la República Checa, apostó de forma decidida a largo plazo por el gaseoducto de Nabucco, que parte desde Azerbaijan, una vez que en julio pasado se firmó un acuerdo entre cinco países para impulsar el proyecto y el tránsito. Es una alternativa real a la red que llega desde Rusia.
El alto reconocimiento al gaseoducto, sin embargo, molestó a algunas compañías. Porque Nabucco comenzará las obras en 2010 y se espera que termine en 2014. Su construcción está valorada en 8.000 millones.
Reconoció que la crisis del gas entre Rusia y Ucrania «ha dañado la reputación de las empresas gasistas», por lo que la respuesta que esgrimió fue dar validez al gaseoducto Nabucco y, a la vez, impulsar el almacenamiento de gas, como alternativa a medio plazo para hacer frente a las garantías de suministro, además de elevar las interconexiones entre países.
Herrmann afirmó que en estos momentos en Europa existe «más gas que el que se puede consumir», pero admitió que con las actuales infraestructuras «no se puede garantizar que no haya otra caída del suministro». Las empresas gasistas indicaron en el BEC que cuentan con contratos cerrados de suministro de gas hasta el año 2012 y el director general de RWE Transgas afirmó que en su empresa «nos hemos replanteado la cartera de almacenamiento y contaremos en enero con unas reservas para suministrar gas durante todo el primer trimestre de 2010 sin problemas, cuando el frío en el Este de Europa es insoportable».
Llamó la atención sobre la necesidad de que la Comisión Europea garantice las ayudas, mantenga el marco regulatorio «sin cambios cada dos meses» y pidió realizar inversiones justas, «porque no debemos invertir en proyectos que aumenten los costes de forma inaceptable para el consumidor, porque la demanda caería y nos quedaremos fuera del sector».