Maite Ubiria Periodista
Los Pinocho de la causa medioambiental
Hemos entrado en la cuenta atrás. No para vacunarnos de la gripe A, sino para asistir al cónclave mundial sobre la enfermedad mayor que aqueja al Planeta.
La cumbre de Copenhague sobre el cambio climático está a la vuelta de la esquina y las más prestigiosas firmas publicitarias echan humo tratando de envolver todo tipo de producto, y hasta las políticas más canallas, en un resplandeciente papel verde.
Nos anuncian un fiasco a fin de prepararnos, en el mejor de los casos, para un compromiso insuficiente. El sistema superproductivo, varado en tiempos de crisis, concentra sus esfuerzos en reinventarse, sin cuestionar su espíritu de latrocinio.
Las televisiones, los diarios y los portales de internet engarzarán sin mayor rubor el verde amazonía con el rojo navideño, para hacernos creer que los que han montado este cristo son unos santos y que esos mismos «ciudadanos anónimos» a los que se hurta a diario el derecho a decidir tienen la responsabilidad mayor de ordenar el Belén.
La gran misa de la ecología gubernamental resultará vistosa. Quizás un poco cara, eso sí. Faltarán compromisos, pero no abrazos y palmadas en la espalda. Y a fin de año San Silvestre.
La cumbre se anuncia poco esperanzadora, pero no faltará el consuelo de quienes se conforman con que los retos del planeta marquen por unos días la agenda mundial. A falta del Gordo, bienvenida sea la pedrea...
Antes de que se desate la verborrea de los eco-fabulistas y, a su rebufo, inicie su galope el jinete del consumo insostenible, busquemos refugio en los clásicos. «Pinocho» es buena opción.
La organización Amigos de la Tierra ha repartido sus premios anuales a los grandes mentirosos. Por sus inversiones en proyectos que llevan aparejadas graves vulneraciones de derechos sociales, laborales y políticos, los pinochizados 2009 en el Estado francés son las petroquímicas Bollore y Pesenco, el banco Crédit Agricole y la filial nigeriana de Michelin. Por su contribución a la destrucción de recursos naturales: Total, Areva, BNP Paribas y Societé Générale.
Miren bien la foto de familia de los líderes mundiales, porque los dueños de ésas y otras compañías estarán en Copenhague. Ya esponsorizando el evento, ya cabildeando en pasillos. Y, por supuesto, guiarán, con mano invisible, la firma de «contratos verdes» por el Planeta.