El pasado mes de junio, uno de los símbolos del emblemático escenario de Aritxulegi aparecía acribillado a balazos; al día siguiente, la acción de incontrolados se repetía pero, esta vez, la placa colocada en el monte en honor al primer gudari de ANV caído tras el golpe de Estado de 1936 aparecía pintada con una bandera española. Ayer, tocó la reparación física, pero también sentimental, de aquellos ataques, con la reinauguración del monolito.

Este enclave que simboliza el recuerdo a muchos gudaris caídos sirvió también este sábado para el llamamiento hecho en favor de un gran movimiento independentista en Euskal Herria para el que, «tras décadas de lucha, se dan en el momento actual las condiciones objetivas para articularlo». Fueron palabras pronunciadas ayer por dos militantes históricos de la izquierda abertzale como Txarli Gonzalez Llorente y Antxon Gomez Lorente.

«Podemos afirmar que la mayoría social vasca en este momento no se encuentra representada ni por una gran parte de las actuales instituciones, ni por muchos de los cargos que ocupan de una forma ilegítima y antidemocrática tanto en la CAV como en Nafarroa», manifestaron. «Es por ello que hoy, más que nunca, se hace necesario habilitar un cauce común entre las fuerzas progesistas y abertzales», emplazaron.

Una «ciaboga»

En este sentido, ambos expresaron la necesidad de «trazar una estrategia sin complejos, encajando en ella todas las piezas para impulsar un Gune Independentista». Una «ciaboga», ilustraron, «que incluya un cambio de estrategia» diseñado a partir de «nuestros aciertos y errores». En definitiva, «una estrategia para ganar la independiencia y una manera de gobierno socialista en el más breve plazo posible».

En el marco de esa apuesta, instrumentos «totalmente válidos» como Udalbiltza están llamados, según dijeron ambos militantes abertzales, «a tener un papel clave en la construcción nacional». Igualmente, defendieron que el Gune Independentista tenga personalidad propia, «evitando injerencias y dirigismos». Una necesidad que no debiera ser obstáculo para que la izquierda abertzale tenga, prosiguieron, «un papel importante como consecuencia de su trayectoria de lucha por la independencia». Eso sí, insistieron en que la estrategia y las decisiones «habrán de ser compartidas entre todos los grupos participantes, lo mismo que las responsabilidades».

A juicio de estos militantes históricos abertzales presentes ayer en Aritxulegi, este órgano debería articularse sobre la base de una izquierda progresista e independentista. «No se parte de cero», defendieron Txarli Gonzalez y Antxon Gomez. «En los últimos años se ha realizado una gran y densa labor política. Esta es la garantía de que este proyecto salga con fuerza», sentencian.

En cualquier caso, sí consideran que la ilusión por ese Gune Independentista surgirá de la «concreción del mismo y de la idea de articular lo desmovilizado». Una corriente que la sociedad vasca, entienden, «debe ver como un salto cualitativo del soberanismo vasco hacia la articulación del Estado Vasco».

Una proclama, la de ayer, en el mismo lugar donde muchos gudaris cayeron, que quiere reflotar un movimiento independetista y abertzale que «puede ser mayoritario en la sociedad y en las urnas».