Vecinos de Lizarraldea muestran su rechazo a la línea de alta tensión
Vecinos y vecinas de Lizarraldea se manifestaron ayer para mostrar su rechazo a la línea de alta tensión que proyectan construir entre Castejón y Gasteiz. La marcha, apoyada por 52 ayuntamientos de la zona, alertó de las consecuencias económicas y sanitarias de esta infraestructura.GARA |
Vecinos de 52 ayuntamientos de Lizarraldea participaron ayer en Lizarra en una manifestación, convocada por la plataforma «No a la línea de alta tensión Gasteiz-Castejón», para rechazar la construcción a través de sus terrenos de esta infraestructura.
A la cita acudieron más de un millar de personas que al término de la marcha por las calles de Lizarra fueron citados por la alcaldesa de Esprontzeda, Laura Martínez, a las consultas populares que se realizarán el 31 de enero en cada una de las localidades afectadas por el trazado, para conocer la opinión de los vecinos acerca de ese proyecto que promueve la empresa pública Red Eléctrica Española.
La manifestación la abrió una pancarta portada por los alcaldes de El Bustu, Bargota, Torralba del Río, Azuelo, Deikaztelu, Aguilar, Esprontzeda, Aras, Marañón y Muniain, con el texto «Alta tensión, no. Por el futuro de nuestros pueblos. Goi tensionari ez. Gure herrien etorkizunaren alde». Además, los participantes portaban numerosas pancartas y banderolas, algunas de la Cuadrilla de Kanpezu o Arabako Mendialdea, cuyos ayuntamientos se oponen al proyecto. Durante la marcha se pudieron oir diversas consignas, entre las que «No a la línea de alta tensión» fue la más coreada.
En el kiosco de la plaza, la vecina de Esprontzeda Beatriz Ríos leyó un comunicado de los ayuntamientos y de la plataforma que habían hecho el llamamiento.
En el escrito apuntaron que «estas tierras se ven seriamente amenazadas. Red Eléctrica Española tiene entre sus manos un macroproyecto con el que pretende atravesar Tierra Estella con una línea de alta tensión de muy alto voltaje. Dieciocho cables sujetos por gigantes de hierro dibujarán una línea roja en el mapa de nuestras localidades».
Expuso que «abrirán un pasillo de 110 kilómetros de longitud que arrasará con todo lo que encuentre en su camino». Una vez hecha, según afirmó, la tierra quedará «surcada por una herida que nunca podrá cicatrizar, puesto que será difícil que se desarrolle bajo sus cables cualquier tipo de vida animal o vegetal».
Añadió que rechazan esa infraestructura por su impacto paisajístico y sus repercusiones en la fauna, como en aves y conejos y en la ganadería, y también por su negativa influencia en la agricultura campos de cultivo, olivares, viñedos partidos en dos, y, sobre todo por los efectos sobre la salud. «Muchos de nosotros tendremos que cosechar, recolectar olivas, vendimiar, o pasar a su lado varias veces al día, y estaremos sometidos a campos electromagnéticos con perniciosos efectos para la salud en el futuro: pérdida de memoria, fatigas, trastornos del sueño e incluso cáncer y leucemia, pero esperemos que todo esto no llegue a ocurrir», recalcó.
A esos argumentos añadió los económicos, por entender que «no supondría ningún beneficio, al contrario. Esta obra, en vez de atraer gente a la zona, repercutirá negativamente en el potencial turístico, en el camino de Santiago o en espacios protegidos como Izki o Kodes».
En relación a la defensa de la línea por parte de los gobiernos de Madrid y Nafarroa, para paliar el déficit de energía de Lizarraldea, apuntaron que «poco nos han contado de las dos líneas de alta tensión de 66 kilovatios que desde 2005 están aprobadas para asegurar más que de sobra el suministro eléctrico tanto en la zona de Los Arcos, como en la de Murieta y asimismo su desarrollo industrial».
Un punto por el que «queda más que demostrado que el objetivo no es el suministro eléctrico de la zona», subrayó.
«Estaremos sometidos a campos electromagnéticos con perniciosos efectos para la salud en el futuro: pérdida de memoria, fatigas, trastornos del sueño e incluso cáncer y leucemia, pero esperemos que todo esto no llegue a ocurrir», alertaron.