La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) reveló ayer que atraviesa una grave crisis económica que podría obligarle a reducir sus servicios, que llegan a 4,7 millones de palestinos en el mundo árabe. «La actual crisis por la que pasa la UNRWA ha alcanzado niveles sin precedentes, lo que podría tener serias repercusiones», indicó en un comunicado Adnan Abu Hasna, uno de los portavoces de la agencia.

Si esta situación continúa, advirtió, se verá obligada a recortar la ayuda destinada a los palestinos que fueron expulsados o que huyeron de sus hogares durante la primera guerra árabe-israelí, y sus descendientes.

Hasna afirmó que los fondos de la UNRWA han llegado «a cero» en sus cinco principales lugares de actuación: Jordania, Siria, Líbano, Gaza y Cisjordania. «La crisis mundial y la imposibilidad de algunos donantes para aumentar sus ingresos, junto al creciente número de refugiados, ha contribuido a empeorar la situación», lamentó.

La directora de la organización, Karen Koning Abuziyad, aprovechó el encuentro que hace un mes mantuvo con los países donantes para entregarles una carta en la que alertaba de la necesidad de actuar con celeridad.