El Athletic busca en Viena un último punto que le asegure su presencia en la próxima ronda de la Europa League. Eso para empezar. Como el plan básico de una compañía telefónica cualquiera.

Porque también aquí se pueden añadir opciones. Sobre todo la del triunfo, que podría permitir a los rojiblancos concluir esta fase como líderes de su grupo, a expensas de lo que suceda con el Werder Bremen. Y queda, por último, el aspecto emocional. Pese a la goleada de San Mamés, el sabor de boca que dejó la última visita del Athletic a Viena fue tan malo -y parece que hay costumbres que no cambian, porque en el entrenamiento del equipo en el Franz Horr también hubo ayer algún detalle fuera de tono-, que se agradecería acabar de enterrarlo.

No parece un mal momento para certificar el hacerlo. A la buena trayectoria en el torneo, se le une el momento dulce que atraviesa el equipo en la Liga. Cuatro jornadas en positivo permiten a los rojiblancos centrarse en la cita, sin preocuparse en exceso por el domingo, además de mantener su autoestima en unos niveles considerables.

Como contrapunto, la motivación de su rival. El Austria también tiene una espinita que quitarse -no ha ganado un solo partido en la Europa League- y, más importante aún, sabe que la victoria es condición indispensable para la carambola que necesita. De ahí que Joaquín Caparrós espere enfrentarse a un rival «distinto al que vimos en San Mamés. Porque en casa está fuerte y porque son muy conscientes de que todas sus posibilidades pasan por este partido».

Así que está claro. Los vieneses «van a salir muy fuertes y muy puestos, pero en eso no nos pueden ganar -subrayó el utrerano-. Nosotros también tenemos que salir muy puestos desde el primer minuto».

Incógnitas

Es posible que Caparrós, que ayer dirigió un último entrenamiento en el escenario del choque, presente un once prácticamente idéntico al que se enfrentó a Barcelona y Almería, con la única excepción del lateral zurdo, en el que Xabi Castillo sustituiría a Koikili, que ni siquiera ha viajado.

Tampoco es descartable, sin embargo -tanto porque el Austria, pese a todas las advertencias, no parece tan fiero, como porque la visita del Valencia está a la vuelta de la esquina-, que el técnico dé un respiro a alguno de los jugadores que más minutos han acumulado en las últimas jornadas, lo que abriría las puertas del once a hombres como Gabilondo o De Marcos.