Así como en las Maldivas su presidente celebró un “consejo de ministros” bajo el agua, con equipos de inmersión para llamar la atención mundial sobre el cambio climático y la subida de las aguas, ahora le toca el turno a Nepal en donde, y aprovechando la proximidad de la conferencia de Copenhague, sus 23 ministros, nada menos, han volado a Lukla, pueblo de montaña situado a 2.800 metros en la ruta hacia el Everest y desde donde, después de “un día de aclimatación”, iban a ser transportados en helicóptero hasta Kala Patar, en las inmediaciones del campo base de dicha montaña (5.250 metros), con la pretensión de celebrar su propio consejo, como no, para llamar la atención sobre el susodicho cambio. Serían luego y en breve, transportados hasta Syangboche, a una altura más llevadera de 3.900 metros. Me temo que su discurrir sobre el tema es parecido al que tienen sobre la aclimatación en altura y es que estos shows, con aviones, helicópteros, y sus correspondientes lunchs y fanfarrias, son tremendamente contagiosos entre personal dirigente. Si por aquí algún ministro o diputado empezó diciendo eso de que “la pelota está en su tejado” y “lo que tienen ustedes que hacer es hacer los deberes” y luego ya lo dicen todos (de todos los demás), que ese tipo de frases les mola mazo, enseguida van a pillar la onda y nos van a montar algún tipo de actividad, de esas de tipo soste nible, aunque no barrunto yo cuál pudiera ser la especialidad local. ¡Que dios (si lo hubiera) nos coja confesados!...