La hipocresía de la Unión Europea está adquiriendo tintes peligrosos en cuanto a la utilización del amianto, que está prohibido desde el año 2002, tanto en la producción como en la comercialización del mineral cancerígeno, que provocará en las tres próximas décadas más de 500.000 muertes de personas que a lo largo de su actividad laboral han estado en contacto. De esas víctimas, entre 40.000 y 55.000 corresponderán al Estado español y se estiman entre 6.000 y 10.000 los fallecimientos de trabajadores vascos. Todavía en el mundo hay 125 millones de personas que trabajan con amianto y, por lo tanto, tienen probabilidades de contraer un mesotelioma de pleura, un cáncer mortal, diez veces mayor que otros trabajadores. Se calcula que en los últimos treinta años, en torno a los 25.000 trabajadores vascos han inhalado fibras de amianto.

El problema de la importación de amianto es muy grave porque, aunque es verdad que en bastantes países se ha prohibido la utilización, comercialización y producción de amianto, otros muchos siguen utilizando y, por lo tanto, poniendo en riesgo la salud de los trabajadores y de sus familias. Diferentes estudios en el Estado francés han demostrado un aumento de los cánceres en lugares cercanos a las empresas o explotaciones en las que se utilizó o extrajo amianto. Hace unos días también se conoció un estudio realizado en Catalunya por el Instituto de Investigación en Atención Primaria, en el que destacó que uno de cada tres personas enfermas por amianto no estuvieron expuestas laboralmente a ese mineral.

El Instituto Sindical para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (Etui) se ha hecho eco de las últimas estadísticas aparecidas en Estados Unidos sobre el amianto que confirman que Gran Bretaña, Alemania, Italia, Estado francés e Italia habrían importado amianto por un valor conjunto de un millón de dólares. Este organismo, dependiente de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), reconoce que no es una cantidad alta, pero pone el dedo en la llaga porque indica que demuestra que «no se respetan las normas europeas relativas a la prohibición del amianto».

Aclara el organismo sindical Etui que «en principio, la única derogación, permitiendo importar en la Unión Europea artículos que contienen amianto se refiere a los diafragmas para las instalaciones de electrólisis y sólo se aplica en uno de los cinco países, es decir en Alemania».

Las víctimas del amianto se extienden por el planeta. En Hego Euskal Herria más de 174 empresas ha utilizado ese mineral cancerígeno y en el Estado español son cerca de dos mil. Tras varias décadas de latencia del cáncer, empieza a aparecer con fuerza y se calcula que el punto más álgido llegará en esta próxima década. Ahora ya se están produciéndose víctimas y casos de amianto en empresas muy importantes y de diferentes sectores, porque el amianto está en todos los sitios. Entre las que han aportado ya víctimas o afectados destacan BBVA, Renfe-Wagons Lits, General Eléctrica, Sidenor, Babcock, Orbegozo, CAF, buques pesqueros y mercantes, AHV, Michelin, Montero Fibras y Elastómeros, Guardian Llodio, Nervacero, Funcasa Cementos Rezola, Krafft, Victorio Luzuriaga Fagor, Magefesa, Arcelor Olabarria, Fundición Nodular Flesic las industrias químicas del Urumea, las papeleras guipuzcoanas y un listado muy largo de empresas, ya que entre las décadas de los sesenta y mediados de los ochenta, casi un centenar de compañías ubicadas en Hego Euskal Herria importó amianto en grandes cantidades.

Este viernes la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie) realiza una jornada para la difusión de la problemática sobre la exposición al amianto. Más de 350 personas se han asociado, porque padecen enfermedades derivadas de ese mineral cancerígeno. Será en el centro cívico de La Bolsa-Palacio Yohn en el Casco Viejo de Bilbo.

El informe del Instituto de Estudios Geológicos de Estados Unidos (USGS), firmado por Robert L. Virta, al que ha tenido acceso GARA, explica que la primera economía del mundo importó el año pasado 1.880 toneladas de amianto y exportó 451 toneladas en diferentes productos, sobre todo, ligados a la protección de los techos y tejados.

Producción mundial

El informe más reciente de ese organismo confirma que todavía se producen 2.180.000 toneladas de amianto en el mundo, que se extienden por muchísimos productos y que son la causa de muerte de miles de personas, unas 100.000 al año, por haber estado en contacto con ese mineral cancerígeno, porque han trabajado de forma directa en la producción o en tareas de demolición de edificios o de barcos.

Casi no ha variado la extracción de amianto en los últimos cinco años, porque se situó en 2004 en 2.340.000 toneladas. Rusia es el mayor productor de amianto con 925.000 toneladas durante el año pasado, las mismas que un año antes. China produce 380.000 toneladas; seguido de Kazakhstan; Brasil, 230.000 toneladas y, entre otros, Canadá, con 185.000 toneladas. Salvo Brasil y Zinbabue, los demás países tienen reservas importantes de este «mineral asesino», como indican las víctimas del amianto. Estados Unidos, aunque prohibió la explotación de las minas de amianto en 2002, también tiene reservas importantes.

En ese país los afectados por amianto provocaron un problema económico y quiebras a muchas empresas de seguros por las elevadas indemnizaciones que tuvieron que pagar por haber causado graves problemas de salud y la muerte de miles de trabajadores. En el Estado español, la federación que agrupa a diversas asociaciones de afectados por el amianto trabaja con esa idea, es decir seguir el método estadounidense de demandas, dado que el Gobierno español no pone en marcha un fondo de compensación.