Las opciones de Copa se le escurren entre los dedos a este Lagun Aro GBC que ha saldado su «semana del basket» con un único triunfo, precisamente contra el rival ante el que con mayor lógica se podía perder. El baloncesto es como un niño caprichoso que atiende a su propia lógica y no comprende de números.

Lagun Aro GBC sumaba una valoración conjunta de 84, por 58 por parte visitante, y sin embargo el marcador, el que vale, reflejaba un 65-69 para los de Curro Segura. ¿Mágico, verdad?

Lo más doloroso de la derrota donostiarra es que nada más comenzar el último período parecía que los de Pablo Laso al fin iban a romper el marcador, ya que se adelantaron 61-52, siendo ésta la mayor renta de todo el partido.

En un partido donde el colectivo sumó y primó mucho más que las individualidades, la labor combinada de Sergio Sánchez -que rinde mejor en las segundas partes-, Panko y Miralles, con la inestimable ayuda de Uriz o Hopkins -que clavó el triple del final del segundo cuarto desde media cancha- parecía hacer mella en un Obradoiro que traía la baja de Marc Jackson, que sumada a la de Pasalic, dejaba a los gallegos con un juego interior muy precario.

Pero ya hemos mencionado que este Obradoiro -Xacobeo Blu:Sens- ha llegado a la ACB para quedarse, y suple sus carencias técnicas con garra y disciplina. Disciplina, porque Curro Segura ha cargado a sus muchachos de zonas y defensas alternativas que marean al rival -a veces a sí mismos- y garra porque de gente como Maxi Stanic, Vasileiadis o Tuqui Bulfoni; de un Hettsheimeir que está siendo todo un descubrimiento, del regreso de Alfonso Sánchez a la élite tras sus lesiones y de los chispazos de Djedovic, no se puede esperar menos. Con todo y con eso, los guipuzcoanos se dejaron un duelo que no debía de haberse escapado.

Atasco

A falta de medio cuarto, Hopkins subía el 65-60 tras anotar dos tiros libres. Ahí se agotó la producción ofensiva local. Los de Laso se olvidaron de anotar y lo pagaron con su pellejo.

Mientras, con fe ciega, Bulfoni lideraba un parcial de 0-7 que adelantaba a los gallegos en el último minuto por primera vez desde el segundo cuarto. Ignerski, Panko y Barbour tuvieron opciones de empatar, pero la defensa visitante y sus propios errores lo evitaron. Vasileiadis, que aún no ha fallado un tiro libre en lo que va de liga, aseguró la victoria visitante desde los 4,70 metros.