Entre el ensueño y la pesadilla
El Baskonia sigue mostrando sus dos versiones en la cancha; una que ofrece magia, y otra que hace trizas cualquier atisbo de ilusión.
Koldo AKORDARREMENTERIA I
La historia de Dr Jeckyll y Mr. Hyde se quedó en cuento infantil si lo comparamos con lo vivido ayer en Zurbano. El Baskonia volvió a mostrar sus dos versiones antagónicas en el plazo de pocos minutos. El triunfo se quedó en Gasteiz, pero ahora toca remar para que la regularidad se quede en tierras alavesas con la cara más amable de este Baskonia, que la tiene, y muy prometedora, además.
Tras un titubeante inicio en el que el Estudiantes parecía haber encontrado la autopista para dañar el planteamiento del Baskonia, los visitantes empezaron a distanciarse. La inoportuna lesión de Carlos Suárez, que trataba de jugarle a San Emeterio en el poste bajo con mucho éxito, marcó el punto de inflexión en este primer cuarto. El 4-9 con el que arrancó el duelo, pronto fue solventado con un parcial de 10-0 logrado por los de Ivanovic. Sean Singletary volvió a ser clave en este despertar de los gasteiztarras. El dealer de Philadelphia repartió juego hacia todas las aristas de la cancha, buscando ahora a Splitter, más tarde a English, y después a Teletovic. El 21-15 del final de cuarto otorgaba un inusual descanso a los taquicárdicos corazones de la afición baskonista.
Lior Eliyahu y Pau Ribas entraron en cancha con la intención de mantener la dinámica positiva del cuadro. El primero, con seis puntos seguidos y un buen robo, cumplió a la perfección, mientras que el catalán no lograba implementar el ritmo adecuado. Ivanovic volvió a meter a Singletary en cancha, lanzando un mensaje claro a Ribas: nadie mejora sin arriesgar. Y es que el base estadounidense vuelve a iluminar Zurbano con el añorado viejo truco del pick'n roll. La mordiente ofensiva del Baskonia pronto se tradujo en una diferencia de 10 puntos en el luminoso.
Carlos Suárez, recuperado del golpe inicial, era el único que lograba mantener la iniciativa ofensiva de su equipo. Sin embargo, el trabajo de contención baskonista subió un grado, la defensa zonal del equipo colegial no supuso muchos problemas, y con un triple final sobre la bocina de Carl English, el Baskonia, jugando uno de los mejores cuartos de esta temporada, llegó al descanso con la mayor ventaja del partido: 40-29.
La locura se apoderó del partido en el tercer cuarto, y Estudiantes quiso hacer ganancias del río revuelto. Albert Oliver puso la máquina madrileña a toda marcha, y los desajustes en la defensa baskonista aparecieron por sí solos; y en un abrir y cerrar de ojos, 44-43. La pesadilla del tercer cuarto lleva ritmo de convertirse en el coco favorito para los aitas y amas gasteiztarras, cuando éstos quieran regañas a sus hijos: «que viene el tercer cuarto».
Todas las bondades del equipo en la primera parte fueron eliminadas de golpe; la defensa desapareció, y la espesura ofensiva hizo que el Baskonia anotara sólo 9 puntos en este cuarto. El partido llegaba con un inquitante 49-45 al último asalto, y los corazones baskonistas volvían a las habituales altas pulsaciones de los últimos partidos.
Mirza Teletovic se echó el equipo a las espaldas. El bosnio anotó 8 puntos seguidos, pero los colegiales seguían empeñados en complicar el triunfo local. El partido entró en la fase del toma y daca. El «Estu» se puso tres arriba (60-63), pero de pronto salió la fórmula perfecta: Singletary guió el navío, Teletovic siguió entonado, y un nuevo triple de English dejaba el partido visto para sentencia. ¿Que los triunfos saben mejor cuando se sufre? Alguno que yo sé lo pondría en duda.
Dusko Ivanovic compareció en rueda de prensa con cierto gesto de preocupación. Sin embargo, la buena reacción que tuvo el equipo cuando el partido se complicó, centró todo el discurso. «Sabíamos que iba a ser un partido duro, y que sus aleros altos nos podían hacer mucho daño. Les ha valido con correr un poco, para que a nosotros casi se nos escapara el partido. Pero hemos reaccionado bien», dijo el técnico montenegrino.
En su opinión, esta reacción de dar la vuelta a una dinámica negativa no ha aparecido muchas veces durante este año, por lo que felicitó a sus jugadores. «Los felicito porque han sacado algo que hasta ahora no han podido hacer. Han tenido paciencia en ataque y han estado bien en defensa. Hay que saber jugar con presión, y al final lo logramos», finalizó Ivanovic. K. A.