ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA
Las fuerzas abertzales reiteran su rechazo al marco español
La presencia, por primera vez en 31 años, de un lehendakari de la CAV en el acto oficial de conmemoración de la Constitución española no tuvo el brillo mediático ni político que cabía esperar. Patxi López sólo estuvo acompañado por otros tres presidentes autonómicos y ninguno de los que militan en el PP acudió a la cita madrileña. En Euskal Herria, fueron muchas más las voces que criticaron la denominada Carta Magna que las que salieron en su defensa.
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Pese a la presencia del lehendakari de la CAV, la «España de las autonomías» estuvo menos representada que nunca en el acto celebrado ayer en el Congreso de los Diputados. De los 19 presidentes autonómicos, sólo acompañaron a Patxi López los de Catalunya, José Montilla; de Aragón, Marcelino Iglesias; y de Castilla-La Mancha, José María Barreda. Y los cuatro son del PSOE. Prefiriendo disfrutar del «puente foral» en Nafarroa, el líder de UPN, Miguel Sanz, ya había descartado su presencia. Y tampoco asistieron los regionalistas de Cantabria y Canarias, ni los del PSOE en Andalucía, Asturias, Illes Balears y Extremadura. Pero la ausencia de los ocho «barones» del PP fue la que causó más sorpresa.
«Escandaloso». Ése fue el adjetivo que utilizó López para calificar la actitud del PP, el partido que le llevó a Ajuria Enea hace siete meses y que sustenta al Ejecutivo del PSE en base a un pacto que, en lo ideológico, está desarrollando una dinámica sustentada en la imposición del españolismo identitario en el ámbito institucional de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
La presencia de López no provocó el «boicot» del PP pero, sin duda, ésta fue la nota de color que marcó la jornada política en las Cortes españolas, en detrimento del «estreno» de un lehendakari después de tres decenios de polémica espera. En cuanto a las razones de tantas «deserciones» en las filas del PP, ni su presidente, Mariano Rajoy, ni su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, quisieron aportar algo sustancial, limitándose a decir que el partido estaba suficientemente representado. El presidente español y líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, también evitó comentar la situación.
Tampoco tuvo especial brillo la defensa del texto constitucional español por parte del líder del PSE, quien en este aspecto vio como su homólogo del PSC acaparaba los focos mediáticos con sus alabanzas a la Carta Magna en un contexto marcado por la próxima sentencia del Tribunal Constitucional español respecto al nuevo Estatut de Catalunya. Pese a que el ambiente político y social creado por ese conflicto refleja lo contrario, para Montilla la Constitución de 1978 es «un excelente instrumento para cohesionar, unir y respetar a la diversidad de los pueblos españoles».
En la misma línea se pronunció el lehendakari, quien dijo que a las instituciones les corresponde «poner en valor todo lo conseguido gracias a estos 31 años de democracia y por los que tanto lucharon, se sacrificaron y arriesgaron tanta gente en este país y también tantos vascos y vascas». Concretamente, indicó que «de la Constitución nace el Estatuto de Gernika y, por tanto, el autogobierno vasco, que es lo que permite contar con un lehendakari, que haya Gobierno Vasco, Osakidetza, Ertzaintza y Concierto vasco (...). Es hora de prestigiarlo y de ponerlo en valor, y por eso estoy aquí».
Punto negro en el calendario
Con una visión muy diferente de cómo se forjó aquel texto y de cómo han transcurrido los acontecimientos en Euskal Herria durante estos últimos 31 años, las formaciones abertzales expresaron su rechazo al texto constitucional español.
Durante una rueda de prensa en Donostia en la que la izquierda abertzale analizó la actual coyuntura política [más información en la página 10], Arantza Urkaregi y Txelui Moreno afirmaron que la jornada de ayer es «un punto negro» en el calendario porque «la Constitución de 1978 es el instrumento que canalizó la transición postfranquista, negando a Euskal Herria los derechos democráticos que como nación le corresponden, y estableciendo unas relaciones de dependencia y subordinación político-económicas».
«La estrategia de doblegar las ansias de libertad de Euskal Herria y el intento de aniquilar el movimiento independentista han sido y son la seña de identidad del Estado», resaltaron para añadir que «la operación constitucional-estatutaria ha fracasado en su intento de asimilarnos». «La inmensa mayoría de la ciudadanía vasca es favorable al cambio político con mayúsculas -añadieron-; el grueso de sensibilidades políticas, sociales y sindicales del país hacen suyas reivindicaciones primarias como son el derecho a decidir de la ciudadanía y el reconocimiento de la identidad de Euskal Herria».
Por ello, consideran que ha llegado el momento de que el espacio abertzale responda con altura de miras y responsabilidad: «Sólo desde la articulación de fuerzas de los sectores independentistas y soberanistas, y mediante la confrontación política con el Estado se podrá derribar el muro de la Constitución que divide nuestro pueblo e impide que ejercite su derecho a decidir libremente su futuro».
Centralismo imperial
Por su parte, Iñigo Urkullu utilizó su blog para ofrecer la valoración del PNV, recordando que su partido nunca ha asistido a los actos de conmemoración en Madrid porque suponen el «reconocimiento tácito de un centralismo-uniformizador que no compartimos». Insistiendo en esa idea, señaló que la Carta Magna española establece un «centralismo imperial que no admite la diversidad» dentro del Estado.
El presidente jeltzale, que criticó al Gobierno de Patxi López porque es «más centralista que el `central' español», concluía su artículo manifestando que «Euskadi es una nación» y que el compromiso de su partido es «llenar de contenido esa nación, ante el centralismo de Madrid, ante la inacción de un Gobierno vasco sin pulso ante Madrid y ante los `abertzales' que destruyen y no construyen».
Desde Bilbo, el secretario general de EA, Peio Urizar, se mostró muy crítico con la presencia de Patxi López en el acto de Madrid, lo que calificó de «un error» porque la Constitución española «no tiene el refrendo mayoritario de la sociedad vasca», recordando que la mayoría de la población se abstuvo en la votación realizada para su refrendo. Censuró también que el lehendakari «no se da cuenta de que la mayoría de la sociedad vasca está en clave de superar» el actual marco jurídico-político que «bloquea el derecho a decidir, que es básico».
Recordó también que «Europa tiene muchos ejemplos que demuestran que otros estados están dispuestos a permitir que la realidad de los pueblos se haga pública, se vea y sea respetada». Y aseguró que EA trabajará «para que eso sea haga realidad en Euskal Herria».
En Durango, el coordinador general del Aralar, Patxi Zabaleta, comentó que la Constitución española «no constituye un punto de encuentro, sino todo lo contrario, es un tema de debate y el texto se ha quedado obsoleto».