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Los de Camacho acariciaron la victoria

La justicia hizo volar dos puntos

Los rojillos sumaban tres puntos a falta de ocho minutos para el final, pero el empate fue el resultado más justo porque el Málaga hizo más méritos ofensivos. Con la postrera igualada, la escuadra navarra confirmó su afianzamiento en la zona templada de la clasificación.

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MÁLAGA 1
OSASUNA 1

Natxo MATXIN I

Osasuna iba camino de firmar una fotocopia del encuentro disputado hace poco más de una semana en Zaragoza, pero en La Rosaleda volvió a perder dos puntos en el tramo final del choque, tal y como le ocurriera en El Sardinero. Sin embargo, en esta ocasión, los rojillos, pese a estar serios en el aspecto defensivo, no se merecieron el triple y lo más justo, siendo objetivos, fue el empate.

El Málaga se peleó lo suyo su cuarta igualada consecutiva -Ricardo sacó un gol cantado en la primera parte y el palo hizo lo propio en la segunda-, llegando con mucha más claridad a la meta navarra. Por contra, los de Camacho no pudieron exprimir más las escasas ocasiones en las que se acercaron con peligro: de dos, una acabó en gol.

El guión fue prácticamente el mismo que se escenificó en La Romareda. Como un buen púgil, golpear y replegarse, a la espera de volver a ganar a los puntos. Esa mayúscula efectividad, combinada con una buena defensa, cierta dosis de fortuna y la torpeza del rival a punto estuvieron de darle otros tres puntos en su segunda salida consecutiva. No fue así, pero el bagaje de esta mini gira foránea no puede ser más positivo.

A ciencia cierta, el choque entre encarnados y malacitanos no fue un gran espectáculo, pero tampoco estuvo exento de su dosis de emoción. Ambas escuadras buscaron, con ciertas precauciones, eso sí, la portería contraria y fue en esos momentos cuando la escuadra rojillo dio mejor imagen, especialmente a lo largo de la primera parte.

Bien posicionados en el campo, los dirigidos por Camacho intentaron no sólo el juego directo, mediante los envíos en largo de Ricardo, sino que también lo hicieron con balones rasos y triangulaciones. Aranda se ofrecía, Camuñas ayudaba a los pivotes y tanto Juanfran como Masoud -el iraní con movimientos diagonales- se buscaban la vida en sus respectivas bandas.

El Málaga no le iba a la zaga. Los de Muñiz no están para bromas y fueron desde el inicio en pos de la victoria. Es más, no tardaron mucho en hacerse con la superioridad en el control de la pelota y en salir con una rapidez endiablada cada vez que Osasuna perdía el cuero en la parcela media del terreno de juego. Baha y Obinna les permitía a los andaluces manejarse con esa peligrosa estrategia para los intereses navarros.

Caídas en ambas áreas

Pese a ello, el conjunto rojillo supo nadar y guardar la ropa. Cuando la defensa fue superada, ahí estuvo el guardameta madrileño para frenar los ímpetus locales. En cualquier caso, y pese a las intenciones de ambas escuadras, la realidad es que las aproximaciones no fueron tan amenazadoras como cabía prever de cara a mover el marcador.

Por ello, quizás lo más vistoso, y también polémico, estuvo en aquellos lances en los que hubo caídas dentro o en las proximidades de cada una de las áreas. Clos Gómez, que ayer no fue el verdugo osasunista de otras ocasiones, tiró por el camino de enmedio y no señaló ninguno de los empujones y agarrones que se produjeron, seguramente en más de uno de ellos con acierto. Incluso mostró una amarilla a Obinna por simular una caída a la media hora.

El choque y, sobre todo el sistema de juego navarro, viró en redondo con el tempranero gol cosechado tras descansar en vestuarios. Al igual que en Zaragoza, Osasuna fotocopió sus evoluciones, cedió la posesión a su enemigo y centró todos sus esfuerzos en abortar las acometidas del Málaga, unas veces con eficacia y otras con suerte.

Sin embargo, los anfitriones apretaban los dientes y las clavijas a los de Camacho. Duda capitaneaba la ofensiva malagueña, de sus botas salió un golpe franco al poste y un disparo arriba. No se podía negar que se estaban ganando cosechar un empate, como mínimo, pero los rojillos habían salido con solvencia de parecidas situaciones en su trayectoria más reciente.

Al final, los locales le dieron a Osasuna la misma medicina que los rojillos habían utilizado en propio beneficio. Una jugada de estrategia en la que el balón superó un mar de piernas sin que ninguna consiguiera despejarlo impidió que el botín fuera de tres puntos, pero la situación navarra es desahogada y eso, sin lugar a dudas, es noticia.

Camacho: «Ya pensaba que íbamos a ganar, pero el punto sabe bien tras dos salidas»

Se veía con tres puntos más en el zurrón, pero al final la cosecha fue de uno. El técnico rojillo, José Antonio Camacho, lo valoró positivamente por lo visto sobre el césped y en relación con la última trayectoria del equipo. «La verdad es que ya estaba pensando en que íbamos a ganar, pero el punto sabe muy bien. Cuatro puntos en dos salidas y tal como está la Liga es para estar satisfecho», indicó.

Además de tener muy en cuenta al rival, que sólo justificó su situación clasificatoria por la falta de efectividad en el remate. «Nos han creado muchas complicaciones en la segunda parte y cabía esperar que el Málaga nos hiciera un gol. Al final nos han sorprendido con un poco de suerte, porque el balón ha pasado por enmedio», dijo.

El preparador murciano respondió que a su equipo no le faltó ambición durante la segunda parte «porque hemos robado muchos balones arriba y podía darse una jugada individual de Masoud o Aranda», si bien también reconoció que quizás «sin querer, te reservas un poco y hemos tenido problemas físicos en algunos jugadores».

«La mentalidad era la de ir a conseguir otro gol, pero el rival está en un momento delicado y no tenía nada que perder para echarse arriba, un poco a la desesperada», insistió el de Cieza, quien también se quejó del estado del terreno de juego, «que no estaba para hacer florituras».

A Camacho no le tembló el pulso para mantener a los mismos once futbolistas que ganaron en La Romareda. «Hay futbolistas en la plantilla que están con muchas ganas y es importante que cualquiera pueda jugar cuando sea necesario, aunque ahora mismo está realmente difícil de medio campo para arriba», argumentó. N.M.

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