Derrota en San Mamés
Esfuerzo sin recompensa
Mes y medio después, el Valencia puso fin a la buena racha del Athletic. Los rojiblancos rozaron la victoria con el gol de Muniain, pero la pegada de su rival, la injusta expulsión de Koikili y el penalti fallado por David López dejaron al equipo bilbaino sin puntos.
Amaia U. LASAGABASTER
Mes y medio después, el Athletic cayó derrotado. Hicieron falta bastantes adversidades para finiquitar la buena racha que mantenía el equipo rojiblanco, pero la pegada del Valencia, la injusta expulsión de Koikili y el penalti fallado por David López dejaron sin recompensa el esfuerzo del equipo.
Las consecuencias, al menos, son mínimas en lo que a la clasificación se refiere. La jornada no fue buena para ninguno de los compañeros del Athletic, que se mantiene en la octava plaza, aunque ahora a cuatro puntos de un Mallorca que parece imparable. Peores son las que afectan a algunos jugadores rojiblancos. Sobre todo a Fernando Llorente, que ayer apenas aguantó media hora sobre el césped, y cuyos problemas coinciden con las lesiones de Ion Vélez y Gaizka Toquero. Y con la de Markel Susaeta, que también abandonó el terreno de juego con problemas físicos. Incluso a Koikili -aunque en este caso hay un recambio evidente- que, si no prospera algún recurso, no podrá viajar a Zaragoza tras ver anoche la roja.
El partido, con todo, también ofreció argumentos para el optisimo. Sobre todo en un segundo tiempo en el que los rojiblancos, incluso en inferioridad y por debajo en el marcador, fueron capaces de buscarle las cosquillas a su rival.
Más les había costado hasta el descanso. Quien más y quien menos esperaba ayer una noche de mucho fútbol. Los precedentes y el momento en el que llegaban ambos equipos a la cita invitaban a pensar en un partido de muchos quilates. Pero, al menos en el primer tiempo, no hubo demasiados. Especialmente por parte de un Athletic al que le costó horrores superar la presión del Valencia. Afortunadamente, la concentración le permitió mantener bastante protegido a Gorka Iraizoz, pero César tuvo aún menos trabajo. Los bilbainos apenas buscaron su portería con un par de disparos desde la frontal, a cargo de Yeste y De Marcos.
El alavés había entrado en el campo a la media hora de juego, en sustitución de Fernando Llorente. El delantero protagonizaba la primera adversidad de la noche, al retirarse cojeando tras haber sufrido un golpe en la cadera. Nada más reanudarse el choque seguiría el mismo camino Markel Susaeta, igualmente renqueante tras una entrada de Joaquín.
Su cambio no le sentó mal al equipo porque Iker Muniain necesitó apenas diez minutos para -tan sólo uno después de que Villa perdonara lo que siempre acaba en gol- para adelantar al Athletic, al aprovechar un rechace de César.
Muchas adversidades
Lo más difícil estaba hecho, pero la fortuna decidió dar la espalda a los rojiblancos por completo a partir de ese momento.
Para empezar, porque el Valencia neutralizó la ventaja local a las primeras de cambio. Villa, bastante oscurecido durante todo el choque, cazó un balón de Pablo para hacer el 1-1. Diez minutos después y tras un par de sustos, llegaba el segundo mazazo. Esta vez con la firma de Rubinos Pérez, que exageró una falta de Koikili para mostrarle la segunda amarilla. Y diez minutos más tarde llegaba el tercero, un voleazo de Mathieu para hacer el 1-2, con el que parecía acabar el partido.
Sólo parecía. Porque esa recta final hizo honor a los precedentes y el Athletic, aún en inferioridad, rozó la remontada. Primero con un gol de Iraola, anulado por fuera de juego. Y, sobre todo, a tres minutos del final, con el penalti de Navarro a Javi Martínez..., que David López envió al poste. Con la suerte de espaldas, de poco sirvió que Iraizoz subiese a rematar un par de córners en el descuento: llegó a rematar pero la sentencia estaba firmada.
Satisfecho con el trabajo de su equipo y dolido con el resultado. En definitiva, Joaquín Caparrós abandonó San Mamés con los mismos sentimientos encontrados que el resto de rojiblancos.
El técnico reconocía que al Athletic le faltó una pizca de fortuna para prolongar su mala racha. «La verdad es que se nos ha torcido desde el principio con la lesión de Llorente. Estaba claro que no era nuestro día y la culminación ha sido con el penalti, que creo que habría reflejado los méritos. Porque los dos equipos hemos tenido tres ocasiones de gol, que no es fácil que un equipo como el Valencia te haga sólo tres; pero ellos han aprovechado dos y nosotros sólo una. Hemos hecho un gran esfuerzo y hemos tenido poca fortuna -insistió-, pero esto son cosas del fútbol. En otros partidos nos pasará a nosotros y esto se equilibrará, por algo es el torneo de la regularidad».
El entrenador andaluz, y pese a insistir en que «nos hubiera gustado un premio para el esfuerzo del equipo», prefirió quedarse con el trabajo que realizaron sus jugadores, aún cuando las cosas se les complicaron. Destacó, sobre todo, que pese a la juventud de muchos jugadores,el Athletic supo «competir. Y sobre todo con diez futbolistas hemos apretado, hemos ido, hemos generado más peligro. Y eso nos tiene que servir para crecer. Yo soy de los que digo que prefiero crecer ganando los partidos, pero el trabajo que se ha hecho hay que valorarlo también. La pena es que al final, si hubiéramos tenido un premio, un punto, habría sido mucho mejor para todos, futbolistas y afición». En este sentido, Caparrós lamentó que el equipo no hubiera sabido mantener su ventaja después de hacer lo más difícil. «Ha sido una pena que empatasen tan rápido. En un partido en el que, quitando la vaselina de Villa, no han tenido ni espacios, ni posibilidades de generar ocasiones de gol. Teníamos que haber sido más contundentes y teníamos que haber defendido más fuerte en los dos goles».
El técnico, por último, lamentó las bajas de Llorente y Susaeta, pero no quiso «buscar justificaciones porque eso también forma parte de la competición. Es verdad que las lesiones se están cebando en la gente de arriba, pero eso son circunstancias del fútbol, no vale como justificación».
A.U.L.
