GARA > Idatzia > Euskal Herria

«La culpa siempre era de la maldita galerna y muchas veces no dejaba de ser un temporal»

p015_f01.jpg

José Luis Arteche
Meteorólogo de Aemet en Cantabria

Técnico Superior de Estudios y Desarrollos, es un veterano meteorólogo ligado a la Agencia estatal de Meteorología (AEMET) en Cantabria desde los años ochenta. Ha participado en las I Jornadas de Divulgación Meteorológica del País Vasco que acaban hoy, donde ha hablado sobre las galernas.

Joseba VIVANCO

El padre Juan Miguel Orcolaga, fundador del centenario observatorio de Igeldo, ya empezó a hablar de estos singulares vientos que de manera repentina sorprendían a la costa cantábrica más oriental. Y el propio Mariano Doporto, quien durante años fue director de dicho observatorio, anunció el «fuerte tenporal» que luego dio paso a la trágica galerna de 1936. Un fenómeno propio de estas latitudes, que aparece entre la primavera y el otoño y que es el mejor exponente de la calma que precede a la tempestad.

La galerna, un fenómeno meteorológico made in Cantábrico...

Así es, genuino de nuestro mar, aunque en otros mares del mundo existen configuraciones geográficas similares a la nuestra, con una cordillera paralela al mar y con fenómenos parecidos, y donde la física y la formación repite patrones similares. Suele «formarse» hacia Asturias pero suele ser aquí, para desgracia histórica de los pescadores vascos, donde se desencadena. La máxima intensidad la alcanza en la zona que discurre desde Ontón hacia aquí..

¿Qué es lo que determina a una galerna?

Básicamente hay dos grupos principales: la galerna que forma una línea turbonada, un fenómeno más propio de los trópicos, y luego la galerna típica de nuestro mar, pero que también se reproduce en otras zonas del mundo, como el sur de Sudáfrica o la costa de California. Ésta es un fenómeno más liviano que esa línea turbonada, pero uno de cuyos aspectos más singulares consiste en que es sorpresivo. La galerna típica llega desprevenidamente. Lo que ocurre es que antaño esa sorpresa suponía la muerte y hoy no significa sino un pequeño contratiempo.

Porque la galerna ha perdido ya ese aura romántica y a la vez trágica entre los hombres de la mar...

Es un fenómeno que todavía, sobre todo en gente mayor de nuestra cornisa cantábrica, siempre tiene unas connotaciones muy trágicas. Es raro el pueblo en el cual no ha habido víctimas entre sus pescadores. Lo que ocurre es que los tiempos han cambiado y es raro que alguien muera por causa de una galerna. Pero sí es verdad que, antiguamente, al volver a casa los pescadores achacaban todas las desgracias a la maldita galerna. Y muchas veces no dejaba de ser más que un temporal. Probablemente, aquellas recordadas galernas del Sábado de Gloria de 1878 o la de 1936 que Doporto anunció como un «fuerte temporal», fueron temporales más que galernas. Lo que ocurre es que eran txalupas, quién sabe en qué condiciones iban a pescar... Porque seguramente quizá notarían que algo cambiaba en el mar. Y no les pillaba tan lejos de la costa.

Hablaba de ese aspecto sorpresivo de la galerna. ¿Es más difícil avisar o acertar?

Es difícil, todavía hoy, pronosticarlas con exactitud. Por eso, a veces hay críticas, pero hay que entender que es un fenómeno difícil de pronosticar con precisión. Se puede hacer con modelización numérica, pero todo eso supone dinero y esfuerzo... El problema es que estamos acostumbrados a que nos den exactitud en todo y hay cosas en meteorología en que, por suerte o por desgracia, no se ha llegado a una ciencia exacta. Yo creo que la gente tiene que ir aprendiendo que si te avisan de que puede ocurrir algo, hay que tomar precauciones. Los franceses utilizan dos verbos distintos, «prever para prevenir». Hay que tener conciencia de eso. Si en un parte marítimo me dicen que habrá una rolada al final de la tarde, un señor que tiene un barquito tiene que estar ya en alerta y no hacerse a la mar como si no ocurriera nada. Y eso es extensivo a quien va a hacer espeleología o va a la montaña despreciando avisos meteorológicos... En cualquier caso, insisto en que hablamos de un fenómeno meteorológico liviano comparado con otros parecidos y que tampoco es tan frecuente. Este verano hemos tenido sólo un aviso y en lo que vamos de siglo, once.

 

difícil previsión

«Es muy difícil pronosticar con precisión este fenómeno. Pero la gente del mar debe aprender que si te avisan de algo, hay que tomar precauciones»

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo